Al borde del desastre
Alicia de LarrochaObras de Mozart y Schubert. Alicia de Larrocha, piano. Orquesta de Valencia. Director: Miguel A. Gómez Martínez. Palau de la Música, Sala Iturbi. Valencia, 17 enero de 2000.
La obertura de La Flauta mágica abrió el concierto de forma poco prometedora. Desajustes métricios, batiburrillo en la sección fugada de la cuerda, falta de contrastes dinámicos. Como si Gómez Martínez y la Orquesta de Valencia hubiesen ensayado poco y mal, todo el concierto discurrió por senderos casi improvisados, desembocando en una fatídica Tercera sinfonía de Schubert, de las que no se guardan en el recuerdo.
Pero allí estaba la gran Alicia de Larrocha, protagonista del Concierto nº 21 en do mayor de Mozart, pieza clave para todo pianista y orquesta que se precie. No dio la impresión Alicia de hallarse muy a gusto en esta oportunidad, de suerte que su versión de los dos primeros movimientos de la obra mozartiana fue simplemente correcta, sin atisbos de genialidad. Al comenzar el tercer tiempo, se advirtió que las cosas iban por derroteros muy diferentes en la concepción de la pianista y del director. Al fin sucedió lo que nunca deseamos ver en un concierto: el despiste sucesivo de solista y orquesta, materialmente suspendidos de un hilo durante varios compases, y un final de obra apresurado y sin brillantez.
La lección debería quedar bien aprendida por parte de quien corresponda: la Orquesta de Valencia ha de preparar sus actuaciones de forma más concienzuda y no confiarse a ensayos de última hora que, a la vista de los resultados, más bien parecen lecturas a primera vista. Gómez Martínez, así lo hemos creído siempre, es un músico serio y responsable. A ver si se nota en próximas ocasiones.
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