El Príncipe arropa la expedición por el Pacífico que realizó Kitín Muñoz
Kitín Muñoz, embajador honorario de la Unesco, atravesó en 1999 el océano Pacífico a bordo de una balsa de juncos con el fin de emular a los antiguos navegantes que desde el continente americano alcanzaron las costas asiáticas. El príncipe Felipe asistió ayer a la presentación del documental resultado de la travesía junto a Kitín Muñoz, el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, y los embajadores de Chile, Cuba y Bolivia, en la Casa de América de Madrid. Esta serie se emitirá en TVE-1 el próximo domingo (20.00).
La expedición liderada por Muñoz partió de la ciudad chilena de Arica el 14 de febrero de 1999 en una balsa de juncos de totora fabricada por los indios aimara de Bolivia, la Mata-Rangi II. El objetivo era navegar el mayor tiempo posible que permitiera la nave. Éste no ha sido el primer viaje del explorador español. Antes, ya lo había intentado con una nave similar que naufragó a mitad de la travesía. En este nuevo intento, los aimaraes se esforzaron en construir una balsa mayor y más resistente. Sin embargo, nadie contó con un enemigo externo a la nave. En este segundo viaje, una plaga de parásitos afectó a los juncos y obligó a Muñoz a poner fin a la aventura a 1.500 kilómetros de las islas Marquesas, en el Pacífico.
"La expedición ha intentado representar a los pueblos originarios del mundo", señaló ayer Muñoz en la presentación de La travesía del desierto azul. Su equipo estaba compuesto por tres rapa nui -los habitantes de la isla de Pascua-, un haitiano, un aimara, un japonés, un chileno y un peruano. Con ello, se ha querido demostrar el respeto a otras civilizaciones, "que es la piedra por la que el hombre pasa de ser bárbaro a ser civilizado", en palabras de Kitín Muñoz.
El líder de esta aventura agradeció al príncipe Felipe su apoyo, y quiso enviar el mensaje de que naufragar no es tan malo. "Yo he aprendido mucho. Lo que hay que hacer es no mirar para atrás, agarrarse a un palo y nadar, porque el único naufragio de la vida es rendirse". Según Muñoz, el príncipe Felipe quedó anoche "encantado" con el documental. "Además, aún se acordaba de algunos de los participantes que conoció en su visita a la isla de Pascua antes del inicio de la expedición", concluyó.
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