15 chinos llegan a EEUU ocultos con tres muertos en el contenedor de un buque tras dos semanas de travesía
Quince inmigrantes chinos procedentes de Hong Kong viajaron a Seattle (EEUU) ocultos en el contenedor metálico del buque de carga Cape May. Los orientales fueron descubiertos el pasado lunes por la tarde, cuando salieron dando tumbos de la caja de metal, aturdidos, deshidratados y muertos de hambre. Los polizones, inmigrantes ilegales que se habían comprometido a pagar miles de dólares en sueldos futuros a los contrabandistas, señalaron el contenedor cubierto de basura, presagiando noticias aún más terribles. En su interior se encontraban los tres hombres que habían muerto en la travesía de 15 días.Fuentes oficiales afirmaron que aún no está claro cuál ha sido la causa de la muerte de las tres personas a bordo del carguero, si fue por exposición al frío en los contenedores carentes de calefacción, por la falta de agua, o quizá por una mezcla de ambas causas.
De las 15 personas que sobrevivieron al viaje en la caja de metal de 12 por 2,5 metros, siete siguen hospitalizados y su estado es satisfactorio, aunque todos ellos recibieron tratamiento contra la deshidratación y desnutrición que presentaban. Los otros ocho, que podían comer alimentos sólidos, fueron dados de alta el martes y entregados a la custodia de los servicios de inmigración.
En las últimas semanas, los funcionarios de los puertos de la costa oeste de EE UU y Canadá han encontrado al menos en diez ocasiones seres humanos en contenedores de carga, hecho que refleja una alarmante nueva tendencia en el contrabando. Así, a las cinco de la madrugada del martes, otros 19 chinos relativamente jóvenes y aparentemente en buen estado de salud fueron descubiertos en un contenedor de carga a bordo del Haujin Yokohami que también había hecho la travesía desde Hong-Kong. A raíz de estos descubrimientos, las autoridades de Hong Kong se comprometieron el pasado martes a tomar medidas enérgicas para abortar este tráfico ilegal. Las condiciones varían de un contenedor a otro. Algunos, con ventilación gracias a los agujeros perforados en las lonas del techo, parecen ser soportables. Pero en otros casos, especialmente a bordo del Cape May, las condiciones son de auténtica pesadilla.
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