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Ramón Barea adapta la tragicomedia "Los emigrados", del polaco Slawomir Mrozek

El actor y director de cine y teatro Ramón Barea ha adaptado el texto de Los emigrados, del dramaturgo polaco Slawomir Mrozek, para mostrar al público una tragicomedia en torno al paro, la xenofobia, la cara más despreciable del individualismo y la manipulación que la vieja Europa hace de los países del Tercer Mundo. En la obra, que hoy se estrena en el Teatro Barakaldo, dos personajes procedentes de culturas diferentes, un senegalés y un eslovaco, se encuentran en España y hablan de su visión del futuro que les espera en la emigración.Mrozek (Borzecin, 1930), hijo de una familia de campesinos convertidos en burócratas, abandonó su país tras la ocupación soviética de Checoslovaquia en 1968 y actualmente reside en México. Su obra, injustamente clasificada como teatro del absurdo, juega con un lenguaje que salta del simbolismo al realismo con un objetivo netamente crítico. Los emigrados fue escrita en 1975y estrenada en España dos años más tarde.

La versión de Barea ha acentuado el humor del texto original y ha acercado las palabras de Mrozek a una situación más próxima en el tiempo, en la que se llevan al extremo los contrastes de las peculiaridades culturales de los protagonistas.

Barea ha dirigido a los actores Mulie Jarju -un interprete de origen africano que participó en la película Las cartas de Alou, de Montxo Armendariz, Concha de plata en el Festival de cine de San Sebastián- y Roman Luknár, un eslovaco que con su pronunciación de la lengua castellana y el uso de su propio idioma "sirven de amplificación" a la parábola de Los emigrados.

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