_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La importancia de unas elecciones

Si todas las elecciones democráticas son importantes, las que se van a realizar en España en apenas dos meses lo son de una manera especial. Las mismas encuestas que transmiten la creencia generalizada en una nueva victoria del Partido Popular, reflejan una distancia en votos tan escasa entre éste y el PSOE, que la victoria socialista cabe dentro de lo posible. El nerviosismo existente en las filas de la derecha y las descalificaciones con que ha empezado Aznar la precampaña, son elementos adicionales que avalan el hecho de que las elecciones se presentan abiertas, que no hay nada decidido y que mucho va a depender de lo que hagan unos y otros en el tiempo que resta.Para muchos asuntos esenciales en la convivencia o para la vida cotidiana de los ciudadanos, no es indiferente quién gane. Cuatro años más de gobierno de la derecha le permitiría consolidar la tarea iniciada en esta legislatura, caracterizada por dos grandes rasgos: tremenda distancia entre las posibilidades de nuestra economía y la acción insolidaria del Gobierno; abuso sistemático de la propaganda para confundir respecto a lo que, de verdad, se está haciendo.

Superada la crisis de comienzos de los noventa, la economía internacional ha entrado en un ciclo largo de expansión en el que ha sido posible vencer la inflación y reducir los déficits públicos. En España, dicho proceso empezó en 1994 lo que permitió al gobierno del PP asumir sus funciones con una economía ya creciendo al 2,7%, situación muy distinta a la del último gobierno socialista que inició su tarea con una economía en profunda recesión. Ocultar este dato a la hora de establecer comparaciones entre uno y otro período sólo descalifica a quien lo hace.

Hoy crecemos por encima del 3,5%, pero no todos los ciudadanos se han beneficiado por igual de las ventajas de este crecimiento. Los salarios apenas han ganado poder adquisitivo, mientras los beneficios de las empresas se han disparado. Se han mantenido las pensiones congeladas en términos reales y sólo presionados, tarde y mal, han mejorado las pensiones mínimas y no contributivas. La reforma del IRPF ha beneficiado a las rentas del capital frente a las del trabajo y, dentro de éstas, a las más altas. La pérdida de poder estatal derivada de las privatizaciones, ha beneficiado a los grandes grupos económicos privados que han visto cómo se disparaba su valoración bursátil y sólo en menor medida, a los consumidores. La creación de empleo precario para los jóvenes y la elevada tasa de paro femenino, contribuyen a dibujar un panorama en el que unos se han beneficiado mucho del buen momento económico, y otros, menos. Esta mayor desigualdad social se deriva de las políticas aplicadas por el Gobierno de la derecha que ha estado más interesado en la propaganda sobre sus supuestos méritos que en afrontar los retos derivados del euro. Si nuestra productividad es hoy de las más bajas de Europa es como consecuencia, entre otras cosas, del retroceso sufrido durante este período en la inversión pública, del escaso apoyo a las nuevas tecnologías y de la ausencia de medidas para ampliar la oferta productiva atendiendo nuevas necesidades sociales vinculadas a la familia y al medio ambiente.

Se está, pues, desaprovechando la buena marcha de la economía para reforzar nuestras posibilidades de crecimiento futuro, incrementar la equidad social en España y aproximarnos a los niveles de bienestar de países con los que compartimos hasta la moneda.

La separación sistemática entre lo que dice el Gobierno del PP y la realidad de lo que hace, es la segunda gran característica de la actual legislatura. Dicen defender la sanidad pública pero todas las medidas que han adoptado han sido para beneficiar a la privada, incrementando su campo de actuación. Dicen creer en la educación pública, pero lo que mejoran son los conciertos con la privada. Se proclaman defensores de las pensiones públicas, pero mejoran el tratamiento fiscal de las privadas e incrementan el endeudamiento de la Seguridad Social. Y anuncian importantes inversiones en infraestructura que luego no tienen el respaldo presupuestario necesario.

Gestión mediocre y política de derechas, sería un escueto resumen de lo que han sido estos últimos cuatro años, acompañado todo ello de la ocupación de parcelas importantes del poder económico y mediático por personas afines al Gobierno y de un profundo menosprecio al Parlamento. ¿Queremos eso cuatro años más? ¿Queremos que España sea el bastión de la derecha europea?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Las encuestas dicen también que los españoles se definen como de centro-izquierda. Y hay ofertas electorales que no necesitan realizar ningún travestismo ideológico para conectar con esa sensibilidad mayoritaria. Ofertas que pueden ganar si logran rebajar su nivel de ruido interno y consiguen que su mensaje y sus propuestas lleguen con nitidez a los votantes. Porque ahora se trata de eso. De que los ciudadanos decidan el rumbo que le quieren dar a España en los próximos cuatro años. Por eso son tan importantes estas elecciones. Porque existe una alternativa más eficaz y más solidaria. Y esa alternativa, puede ganar.

Jordi Sevilla es candidato del PSOE al Congreso por Castellón en las elecciones generales

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_