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PP y PSOE se comprometen a dejar el terrorismo fuera del debate electoral

Luis R. Aizpeolea

La política territorial y los pactos con los nacionalistas serán ejes de la confrontación entre el Gobierno y el PSOE en la precampaña electoral. No obstante, tanto el Ejecutivo como los socialistas se han comprometido a dejar fuera del debate el problema del terrorismo y la gestión que ha hecho La Moncloa del alto el fuego de ETA. Lo que sí reprocha el PSOE a José María Aznar es haber facilitado la "deriva radical" del PNV "por no haber intentado implicar a este partido desde el principio en su política de paz".

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Recelo mutuo y política territorial

El presidente del Gobierno, José María Aznar, pidió al secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, en el encuentro que mantuvieron en La Moncloa tras la ruptura de la tregua de ETA que se dejara fuera del debate electoral el terrorismo, incluida la gestión que el Ejecutivo hizo del alto el fuego. La cuestión también ha sido abordada en los contactos del ministro del Interior, Jaime Mayor, y el secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos, con Alfredo Pérez Rubalcaba, portavoz de los socialistas, y Juan Alberto Belloch.Tanto Rubalcaba como el secretario de Política Autonómica del PSOE, Ramón Jáuregui, confirmaron ayer a este periódico la disposición favorable de los socialistas a aceptar esta propuesta de Aznar y limitar a ETA la responsabilidad del paso atrás en el proceso de paz. "No haremos como ellos [los populares]. Cuando estaban en la oposición, nos hicieron responsables, junto a ETA, del rebrote terrorista que hubo a finales de 1995 y principios de 1996", dijo ayer Rubalcaba. El portavoz del PSOE se refería a las críticas de "debilidad" que Aznar dirigió al último Gobierno socialista tras el asesinato de Francisco Tomás y Valiente, ex presidente del Tribunal Constitucional.

No obstante, los socialistas sí piensan reprochar al Gobierno la gestión que ha hecho de sus pactos con los nacionalistas, especialmente con el PNV, de cuya "deriva hacia el radicalismo" le hace parcialmente responsable.

Según Jáuregui, Aznar no ha querido comprometer al PNV en la política de pacificación en Euskadi que emprendió desde el comienzo de la legislatura, antes de la tregua etarra. "Aznar no ha querido hacer partícipe ni cómplice al PNV de su política de paz y tampoco le ha exigido un compromiso firme frente a ETA a cambio de las concesiones que le ha hecho en materia de autogobierno, como la renovación del Concierto Económico".

Jáuregui pone como contrapunto la gestión del PSOE cuando gobernaba. "Al PNV le hicimos partícipe de nuestra política en Euskadi. Participó y estuvo al tanto de nuestra política incluso en cuestiones tan delicadas como las gestiones secretas que se hicieron con ETA a través del premio Nobel de la Paz Pérez Esquivel. Pero también le exigimos a cambio una política de firmeza con ETA". El dirigente socialista cree que la ausencia de un compromiso del PNV con el Gobierno en este asunto ha facilitado al final que Xabier Arzalluz, con las manos libres, rompiera definitivamente con el Pacto de Ajuria Enea y se aliase con HB.

La razón de la doble política que el Gobierno ha mantenido durante la legislatura con el PNV -de acuerdo en las cuestiones parlamentarias y de enfrentamiento en la política vasca- ha sido la rentabilidad electoral del PP, interpreta Jáuregui.

El dirigente socialista considera que tanto su partido como el Gobierno deben intentar recuperar el consenso con el PNV. De ahí que Almunia se reuniera con Arzalluz a finales de noviembre. No obstante, admite que este objetivo es muy difícil, más aún con la precampaña electoral de por medio. Los hechos hablan por sí solos. El encuentro que mantuvieron a últimos de diciembre en Bilbao los dirigentes socialistas vascos Txiki Benegas y Nicolás Redondo Terreros con los peneuvistas Arzalluz e Iñaki Anasagasti fue un fracaso.

La pretensión de los socialistas de intentar un mínimo acuerdo entre los partidos democráticos ante la hipótesis de que ETA logre cometer un atentado quedó en agua de borrajas por la actitud del PNV. Arzalluz se niega tajantemente a participar con el Gobierno o el PP en una acción común contra a la banda.

El líder del PNV aclaró a los socialistas que no tiene ninguna intención de romper sus compromisos con HB, aunque ETA consiga culminar su intento de asesinar de nuevo, porque, según su criterio, dentro del abertzalismo radical hay muchos militantes que han apostado por las vías políticas.

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