Ojeda saca provecho a la indolencia del Betis

Ocurrió con estrépito ante el Espanyol y despidió el año de igual forma frente el Valladolid. Ayer, por si no tenía bastante, el Betis volvió a regalar en su campo, esta vez al ordenado Numancia, un partido del que, en principio, era dueño. Una percepción que forjó Alfonso cuando a los tres minutos dispuso de una oportunidad fallida que hubiera roto el partido. Cinco minutos después lo volvió a intentar con un ajustado disparo al palo. Alfonso no cejó hasta que lo consiguió. Pero esta optimista impresión se desvaneció enseguida.El Betis desapareció en el centro del campo frente al orden y disciplina de los numantinos y a esto se aferró el Numancia para, paciente y laborioso, intentar sorprender a la contra al rival. La entrada de Denilson, enrabietado tras su polémica con el presidente del club, revivió al Betis, pero no evitó el mazazo que supuso la igualada del Numancia en un discutido penalti que transformó Barbu. De aquí, al desastre. Ojeda era el destino de todos los balones y en todos llevaba peligro. El esforzado delantero numantino tuvo su recompensa a pocos instantes del final. Un gol que reflejó la indolencia del Betis y que le reparó a Ojeda el reconocimiento de la grada.