_
_
_
_
FÚTBOL 19ªjornada de Liga

Figo lanza al Barça en pos del liderato

La falta de puntería vuelve a resultar fatídica para un Celta que mereció mucho más

Xosé Hermida

El Barça vuelve a asomarse a las proximidades del liderato justo cuando el Deportivo ha empezado a ofrecer síntomas de flaqueza. Sigue el conjunto de Van Gaal lejos de su mejor fútbol, pero le basta y le sobra con Figo, quien ayer volvió a marcar el partido de principio a fin. En el primer minuto, entre el estupor general, repitió el mismo gol que había alcanzado por dos veces en la jornada anterior. Y en el último instante, Figo puso en bandeja el segundo a Rivaldo, que empezó en el banquillo y -arcanos de la libreta de Van Gaal- jugó la última media hora de delantero centro. Enganchado al portugués, el Barça alcanzó una victoria importantísima frente a un Celta que hizo todo lo posible por ganar y volvió a demostrar dos cosas: que el buen fútbol siempre está de su parte, pero sus intenciones mueren por una escandalosa falta de puntería.Ya puedes saberte de memoria sus trucos y haber tomado toda clase de prevenciones, que cuando un futbolista por encima de lo común entra en racha, nadie puede detenerlo. Los defensas del Celta seguro que habían visto decenas de veces los dos goles gemelos que Figo endosó en la jornada anterior a la Real. Pero Figo no es un jugador corriente, sino un futbolista gigantesco al que tal vez no se le hayan reconocido con suficiente justicia todos sus méritos. Porque sólo un jugador extraordinario puede tener la osadía de intentar siquiera lo que el portugués hizo ayer en el primer minuto de partido: repetir de nuevo la misma jugada que el domingo anterior y obtener un gol cuando los equipos aún buscaban su posición en el campo. Esta vez, Figo recibió casi en el centro, pero a continuación tiró de manual y repitió lo que mejor sabe hacer: zafarse de tres defensas, rematar con la derecha y meterla por la escuadra contraria. Tan sencillo lo hizo que dio la impresión de que cualquiera en su lugar hubiese conseguido lo mismo.

Más información
Rivaldo logra un obsequio de Van Gaal
Balaídos la toma con Dutruel

Si un gol en el primer minuto siempre condiciona un partido irremediablemente, el de Figo tuvo el factor psicológico añadido de recordar al Celta que se medía a un futbolista imparable. Balaídos enmudeció, el Celta quedó aturdido y el Barça vivió media hora muy plácida, manejando el balón con más soltura y asustando en algún contragolpe. Van Gaal repitió la fórmula de hace una semana, con Rivaldo y Guardiola fuera del equipo, Litmanen escoltando a Xavi en la organización, Simao por la derecha y Figo por la izquierda. Esta nueva versión del Barça no emocionó a nadie, pero, al menos en la primera parte, dio cierta impresión de solvencia.

El Celta se metió en el partido gracias a la magnífica tarde de Revivo, quien, tras una larga temporada en el banquillo, relegó ayer a Gustavo López. El israelí no rehuyó ninguna batalla y cuando logró convencer a sus compañeros de que no había mejor opción para desbordar al Barça, convirtió el carril izquierdo del Celta en una amenaza permanente. Puyol vivió un calvario con el israelí, al que sólo pudo parar a base de faltas, tarea en la que la permivisidad arbitral le prestó una impagable colaboración. Aferrado a Revivo, el Celta se elevó sobre su adversario en el tramo final de la primera parte y convirtió la segunda en un monólogo local frente a un Barça que se fue empequeñeciendo.

El segundo tiempo mostró al mejor Celta, que se adueñó del centro del campo gracias al derroche de Makelele, profundizó por las dos bandas, tiró buenas paredes frente al área, buscó las entradas en diagonal... Todo lo hizo el Celta menos el gol. Mostovoi lo tuvo muy cerca en dos ocasiones y Turdó en tres. Lo de este chico, Turdó, es para comerle la moral a cualquiera. Se trata, sin duda, de un buen futbolista, muy esforzado e inteligente, pero la urgencia de alcanzar el gol le ha destrozado los nervios. Su cadena de errores de ayer la culminó de la forma más inverosímil en el minuto 54. Se encontró con un balón centrado sobre la misma línea de gol. Entraba desde atrás y no tenía más que meterle la bota. Y así lo hizo pero, sin que ningún defensa se interpusiera, la pelota se fue por encima del larguero. La falta de pegada se ha convertido en un mal endémico para el Celta, y es una pena porque su espléndido juego merecía mejor retribución. Pero, en ese aspecto, las leyes del fútbol resultan implacables. Por encima, el Celta no tuvo suerte ni con el árbitro, que se hizo el sueco ante cualquier conflicto en el área.

El asombroso error de Turdó fue la confirmación de que el destino soplaba a favor del Barça. La entrada de Rivaldo por Dani, a falta de media hora, apenas había tenido incidencia sobre el partido. Pero en el último minuto, la exquisitez de Figo en el centro y la increíble desidia de Dutruel en el momento del despeje proporcionaron al brasileño la gloria de dictar la última palabra.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_