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Joaquín Cortés asume en la película "Gitano" su primer papel protagonista El bailarín presenta "Soul" en el Palacio Euskalduna de Bilbao

El bailarín Joaquín Cortés suspenderá durante dos meses sus actuaciones para dedicarse de lleno al trabajo de actor en el rodaje de su primera película como protagonista. Será en el largometraje Gitano, una película del director Manuel Palacio, en el que interpreta el papel de un músico percusionista implicado en el enfrentamiento entre dos familias. El bailarín, junto a un cuerpo de baile compuesto por 10 mujeres y 18 músicos, representó ayer en el Palacio Euskalduna, y repite esta noche, su espectáculo Soul (alma).

Reconoce que desde niño está enamorado del cine, como lo está del flamenco. Y, por fin, ha decidido, compaginar los dos amores. A finales de este mes, Joaquín Cortés suspenderá las representaciones de Soul para iniciar el rodaje de Gitano. En esta película Cortés es el actor principal, tras dos colaboraciones en filmes de Pedro Almodóvar y Carlos Saura. "El mundo del cine es mi asignatura pendiente", reconoce al recordar que en los últimos cinco años ha recibido múltiples ofertas para trabajar en películas, incluidas las propuestas que llegaron desde Los Ángeles. "El trabajo en el cine y las giras con la compañía se pueden compaginar", aseguró ayer en Bilbao, horas antes de salir al escenario, vestido de Giorgio Armani, para bailar Soul. Los meses de febrero y marzo del 2000 serán para el trabajo en el cine y en abril volverá con su compañía a los escenarios para representar Soul, estrenada a finales del pasado mes de septiembre en Barcelona, en Madrid. Entonces se abrirá una gira internacional de un año, un breve periplo comparado con los cuatro años que duró el circuito de su anterior montaje, Pasión gitana.

"Soul refleja lo que es mi alma. Es una fusión de estilos de música y danza, como han sido siempre mis espectáculos", explicó. A lo largo de una hora y 45 minutos - "que puede alargarse hasta dos horas si estoy emocionado y el público responde", advirtió el bailarín- se mezclan el flamenco, el gospel, el homenaje a la tauromaquia y los ritmos afrocubanos de La Habana de los años 30.

En Soul, Cortés sólo comparte espacio en el escenario con bailarinas. La ausencia de otros varones, explica, no trata de evitar la competencia. "Es que el espectáculo esta concebido así", dice.

Joaquín Cortés no sólo quiere dedicarse al baile, a su compañía y al cine. Acaba de crear una fundación benéfica, que lleva su nombre, para defender los derechos de los niños trabajando en colaboración con la Unicef.

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