"El plan de modernización no nos puede distraer del negocio ferial"
Alberto Catalá fue elegido presidente de Feria Valencia el 27 de diciembre tras el polémico relevo de su antecesor, Antonio Baixauli. Valenciano, de 46 años, gerente de la empresa textil de la familia, Catalá llega al cargo con todas las bendiciones políticas. Es hermano del jefe de gabinete de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá y amigo de la familia Aznar.Expositor de Feria de Valencia de toda la vida, su reto más inmediato es ampliar la feria sin descuidar el negocio ferial, su auténtica preocupación.
Pregunta. ¿Cuándo y quién le ofrece la presidencia de Feria de Valencia?
Respuesta. En 1992 o 1993 me incorporé al comité de Textilhogar y, de inmediato, la casa me enganchó. Es en esa década cuando los empresarios vemos que la venta del producto requiere una puesta en escena, y que se acabaron las maletas y las visitas. Siento una gran vocación por esta institución.
Cuando la Administración, después de las elecciones, se toma en serio el plan de modernización y surge la duda sobre la continuidad del equipo de Baixauli, es cuando se plantea la cuestión.
P. Pero ¿quién le ofrece el cargo. La alcaldesa, la Generalitat...?
R. Con la alcaldesa tengo algún contacto, pero realmente, cuando veo la posibilidad de que la Administración decida el cambio, me dirijo a la Consellería de Industria para explicarme y mostrar mi disponibilidad. Las personas con las que he hablado, la alcaldesa, el conseller..., les he mostrado mi absoluta dedicación. Esta institución siempre ha sido atractiva para los empresarios
Mi ofrecimiento cuaja. En todo caso, quiero dejar claro que si no hubiera habido un plan de modernización pendiente no habría habido relevo anticipado en la presidencia.
P. ¿Por qué Baixauli no podía desarrollar ese plan?
R. Que las relaciones eran difíciles entre el director general [Rafael Olcina] y el presidente es innegable. Lógicamente, esto ha pesado. Tampoco faltaba tanto para que acabase el mandato y, por tanto, tampoco ha sido tan complicado explicárselo al señor Baixauli. Al final lo comprendió. ¿Que todo esto tiene una puesta en escena compleja? Pues, la tiene.
P. Algún empresario del patronato se mostró molesto por la celeridad y la forma de su nombramiento. ¿Le preocupa?
R. No. Cuando veo que en los planes de la Administración está el relevo a principios de año de la presidencia, tengo conversaciones con Rafael Ferrando [presidente de la patronal autonómica] y con la Cámara de Comercio de Valencia. Estas dos partes del patronato, importantísimas, conocen mis intenciones y ellos a su vez tienen contactos con la Administración. Puede haber una parte, pequeña, que a lo mejor no ha participado en el debate, pero tampoco se pueden hacer consultas tan amplias. Las bases del patronato estaban perfectamente consultadas y yo me siento respaldado y tranquilo.
P. Usted es desde hace años expositor. ¿Qué funciona mal?
R. Como expositor he visto la feria carente de un plan de modernización. El expositor empieza a sufrir unas instalaciones antiguas a principios de los 90. El desnivel de las salas dificulta la señalización y crea dificultades a los visitantes en sus recorridos por la feria. Los accesos complicados, las retenciones de tráfico, la falta de aparcamiento... El acceso al recinto mediante unas tarjetas de bandas magnéticas, que tienen una lectura muy lenta y producen grandes retenciones.
P. ¿Y todo esto se resuelve en el plan?
R. El plan, del que sólo existe un anteproyecto, no habla sólo de edificios sino también de negocio y de servicios. Por eso necesita el apoyo de la Administración local y de la Generalitat, porque de ellos depende la mejora de los accesos y la ampliación del aparcamiento. Respecto al continente, la feria necesita, además de nuevas instalaciones, ir al concepto de una sola planta. Que sea un solo nivel. Nos sorprenderá los metros que se ganan sólo con esta operación.
P. ¿Cuántos?
R. Unos 10.000, seguro. Se mejorarán los accesos para que en periodos punta podamos introducir 20.000 visitantes en dos horas sin ningún trauma. Y también el negocio desde dos puntos de vista: calidad y confort, también para el expositor que es quien contrata con la feria. Desde la utilización de aseos durante los periodos de montaje hasta aparcamientos más cercanos a sus pabellones. Se estudiará la creación de certámenes en función de las demandas de los empresarios y, desde luego, hay que aumentar el uso del recinto.
P. ¿Y todo esto cuesta 30.000 millones de pesetas?
R. No. Las cifras que se han dado han sido orientativas en base al anteproyecto. Es mi intención que el documento se consulte con el patronato entre febrero y marzo. Cuando tengamos el documento definitivo habrá cifras definitivas. Pero una feria moderna y líder en Europa, como es mi objetivo, devuelve a la sociedad lo invertido con creces. Por eso no nos tiene que intimidar ninguna cifra. Es un punto que se concretará hacia mayo o junio.
P. ¿Le parece que la Feria ha perdido liderazgo tras la crisis de los 90?
R. La Feria de Valencia no es ajena a la crisis económica de 1993 a 1996, pero mantiene sus cuota de expositores y visitantes. Lo que ocurre es que nosotros nos estabilizamos y otras instituciones feriales despegan y esa es la preocupación. Tenemos que saber que las ferias son negocios y están sometidos a la competencia. No hay que dar por supuesto ni la veteranía ni la cercanía. Hay que ganarse al sector, al cliente, feria tras feria.
P. ¿Ha pensado en las privatizaciones?
R. La Feria está muy asentada sobre el patronato que la gobierna. Quienes redactaron los estatutos feriales tuvieron muy en cuenta el futuro.
P. ¿Y cómo interpreta las peticiones de las ferias del azulejo o del mueble?
R. Estaríamos hablando de un mayor protagonismo de los comités organizadores y en eso yo comulgo al cien por cien. A la feria no debe inquietarle delegar en los comités organizadores el protagonismo que les sea necesario. El caso del mueble es diferente, es una demanda de metros cuadrados y es objetivo de la institución solucionar el problema antes de la próxima edición.
P. ¿Dará tiempo?
R. La Feria del Mueble tendrá más metros aunque Alberto Catalá tenga que coger herramientas y hacer horas extra.
P. ¿Cuándo se acabarán los trabajos?
R. Soy optimista y creo que la ampliación empezará en octubre o noviembre de este año y se acabarán en dos años, en los que habrá que compatibilizar ferias y obras. Pero que nadie se asuste porque Feria de Valencia no perderá un sólo expositor por ello.
P. ¿El grueso de la financiación será pública o privada?
R. Pública, aunque la feria echará mano de sus reservas para acometer las obras más urgentes, como las del mueble.
P. ¿A quién más pedirán dinero?
R. A todo el mundo, al Icex, al Ivex... A quien se beneficie de este negocio que es la feria.
P. El Icex apoya la creación de una feria de la exportación en Madrid cuando la Comunidad y Cataluña son líderes en ese negocio. ¿Protestará por esta decisión?
R. El Icex ha realizado una acción que no ha meditado bien o sencillamente no ha sido cuidadosa con otros recintos feriales de España. Los directores de las ferias y yo mismo estamos convencidos de que el plan de modernización no nos puede distraer del negocio. La feria debe ser creativa, técnica y estar apoyada por los sectores empresariales. Que no nos asuste crear certámenes nuevos aunque luego fallen. A mí también me pasa con las telas, en el boceto son perfectas y luego son un espanto.
P. ¿Pero habrá una queja al Icex?
R. No habrá batalla política. Vamos a trabajar en ser buenos, en organizar certámenes interesantísimos y eso conllevará apoyos concretos del Icex. No podemos detenernos en polémicas.
P. ¿Cuándo convocará su primer comité ejecutivo y qué tratará?
R. Será la semana del 17 de enero y el orden del día será potente y exhaustivo. El asunto más importante será analizar la dirección general.
P. Se barajan ya unas cuatro o cinco personas.
R. Debo ser extremadamente cuidadoso con las formas. Tengo mis criterios sobre cómo debe ser la dirección, pero quiero contrastarlos con el comité ejecutivo. Después, me comprometo a concretar la respuesta.
P. Cuando hace unos meses apareció su nombre como posible sucesor de Baixauli, de inmediato se aireó su amistad con la familia Aznar. Hay quien vincula su ascensión con esta y otras relaciones personales.
R. Dos cosas. Quien conoce a la familia Aznar sabe que la posible relación con ellos es absolutamente ajena a mi trabajo y a mi elección. Encuentro legítimo que los medios (de comunicación) y la sociedad piense que soy hermano de, cuñado de, y marido de, pero no me preocupa porque es el tiempo el que pondrá las cosas en su lugar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.