Chapuza

Me dirijo a usted para expresarle mi indignación ante una chapuza circulatoria de fácil solución ante la que el Ayuntamiento de Madrid hace la vista gorda. Se trata del último tramo de la calle de Cervantes -de bajada hacia el paseo del Prado-, que, al llegar a la confluencia con la calle del Duque de Medinaceli, incomprensiblemente, cambia de sentido. Esto provoca que en ese cruce se formen grandes atascos debido a que los coches que vienen de tres vías diferentes se vean obligados a meterse en un embudo de una sola calle, la del Duque de Medinaceli, en dirección al hotel Palace.Para mayor incomodidad, en este hotel se alojan día sí y día también altos ejecutivos con su chófer, estrellas de cine con su chófer, mandatarios de visita en España con su chófer y escolta policial; y se celebran fiestas multitudinarias que aglutinan a decenas de coches de representación y de taxis que, por cierto, tienen una parada cuya fila también entorpece con frecuencia el tráfico de esta vía. ¿No será que es más ventajoso para el hotel que ese pequeño tramo de la calle de Cervantes esté como está ahora, es decir, mal? ¿Por qué hemos de sufrir los vecinos de la zona las conveniencias de nadie en materia de tráfico? Porque, si es así, a mí me vendría bien que todos los carrilles de la Castellana fueran en sentido norte.- Gonzalo Iruzubieta. Madrid.