CRISTÓBAL GONZÁLEZ INVESTIGADOR "La literatura no se enseña, se contagia"

Cuando Cristóbal González (Igualeja, Málaga, 1951) era pequeño, tenía un profesor que todos los jueves por la tarde leía un cuento en clase. "Cerraba las ventanas, dejaba una luz tenue, nos daba permiso para apoyarnos en las bancas y leía en voz alta, con emoción". Ha pasado mucho tiempo, pero a González, que dirige el departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad de Málaga, e investiga métodos para animar a los niños a leer, no se le han olvidado aquellas historias. "Dice Luis Landero que la literatura no se enseña, sino se contagia", cita, y concluye que, para transmitirla a los niños hace falta entusiasmo.Pregunta. ¿Qué ventajas tienen los niños que leen?

Respuesta. Muchas. Leer les sirve para liberar ansiedades, para conocer el mundo, para adquirir valores, para diferenciar el bien del mal. Además, desarrollan y amplían su vocabulario, mejoran la lectura comprensiva, la ortografía... No es sólo que estudien mejor, sino que amplían su espectro de aficiones.

P. ¿Qué hace qué no lean más?

R. Depende de muchas cosas. Aparte de la disposición individual de cada uno, hay que ver el ambiente de la casa, si hay libros, revistas y periódicos, si se lee. Siempre se habla de la competencia desleal de la televisión. Pero cuando los niños ven la tele nadie les hace preguntas, y la asocian a experiencias placenteras, relajadas. Con los libros no pasa igual: la lectura les llega con un cuestionario al lado, y la ven como una actividad escolar, por la que luego se les va a evaluar. Afortunadamente, muchos docentes ya separan las lecturas de aprendizaje de las recreativas. Pero en general, los centros tienen poca disponibilidad para la lectura placentera, sobre todo los de secundaria.

P. ¿Cuáles son las condiciones básicas para fomentar la afición a la lectura en los colegios?

R. Son tres: una buena selección de libros infantiles, que, además de adecuarse a la capacidad de los niños, respondan a sus intereses. La segunda es contar con una biblioteca de aula atractiva y dinamizarla. Y la tercera, organizar y desarrollar actividades de animación a la lectura.

P. Investiga usted el vocabulario de los niños malagueños de 6 a 10 años. ¿Cree que los libros para niños sólo deben usar las palabras más básicas, las más sabidas?

R. No, en absoluto. Si tú le dices a un niño "allá por los confines de la tierra", él probablemente no sabrá lo que significa confín, pero podrá reconstruirlo por el contexto, y además se sentirá atraído por la sonoridad, por la magia. Con que conozca el 80% de las palabras, comprenderá perfectamente, y el resto le servirá para enriquecer su vocabulario. Si hace lectura colectiva en el aula el profesor le explicará qué significan los términos nuevos, le dará sinónimos...