Un fallo pirotécnico causa 20 heridos leves en la fiesta del Ayuntamiento
El PSOE anuncia que pedirá responsabilidades a Álvarez del Manzano por el accidenteEl concejal de Cultura replica que la celebración fue de "un éxito sin precedentes"
Un fallo pirotécnico durante el despliegue de luces y fuegos artificiales que organizó el Ayuntamiento de Madrid en su fiesta del milenio amargó la Nochevieja más esperada de los últimos tiempos a 17 personas que resultaron heridas leves en la plaza de Emilio Castelar, en la Castellana, según informó el SAMUR. Otras dos personas resultaron heridas en la plaza de Cibeles y una más en la plaza de Castilla.De los 17 heridos de la plaza de Emilio Castelar, once tuvieron que ser trasladados hasta centros hospitalarios, pero ninguno de ellos revestía gravedad. El accidente ocurrió aproximadamente a las dos de la madrugada, en uno de los ocho puntos que la empresa pirotécnica Antonio Caballer, de Valencia, instaló a lo largo de la Castellana, desde la Plaza de Cibeles hasta las torres KIO.
Según explicó ayer a EL PAÍS Miguel Zamorano, máximo responsable de la empresa, el incidente se originó por un fallo en el depósito de la batería que contiene la pólvora. Los cohetes explotaron a la vez, supuestamente, según Zamorano, "por un defecto de fabricación de las bombas de plástico". El estallido hizo que se esparcieran las carcasas por el suelo en todas las direcciones.
Zamorano asegura que el material que se utilizó para los efectos de luces y colores ya ha sido empleado en otras ocasiones sin ningún inconveniente. El empresario puso énfasis en que pese a lo sucedido, las medidas de seguridad fueron "correctas". "Ojalá que en toda España hubieran sido así", afirmó. En el tramo comprendido entre la plaza de Cibeles y la plaza de Castilla se quemaron 500 kilos de pólvora. El punto de mayor concentración de material explosivo fue el Palacio Real, donde se instaló un gran castillo de fuegos artificiales.
Seis de las personas heridas han presentado denuncia, según la Jefatura Superior de Policía de Madrid. La pirotecnia Antonio Caballer no tendrá "ningún inconveniente" en indemnizar a los afectados. "Están en su derecho y para eso son los seguros" señaló Zamorano. La oposición municipal ya ha anunciado que pedirá "responsabilidades" al Ayuntamiento. Al acto de la Plaza Mayor acudieron unas 10.000 personas, según fuentes policiales, sin que se produjeran incidentes graves.
El PSOE asegura que la "macrofiesta" estuvo a "años luz de otras capitales de Europa"
El edil de Cultura del PSOE, Rafael Simancas, criticó severamente la organización de la macrofiesta del Ayuntamiento. "Las acusaciones de improvisación y premura no eran infundadas. Hemos tenido mucha suerte porque fueron muy pocos los heridos y, afortunadamente, leves", señaló este concejal. Simancas anunció que su grupo exigirá "responsabilidades" a Álvarez del Manzano en el pleno del Ayuntamiento. "Han negado todo el tiempo que se tratase de una improvisación, pero ahora van a tener que tragarse sus palabras", añadió Simancas.Las acusaciones del edil socialista tuvieron inmediata respuesta de su homólogo del Ayuntamiento, Juan Antonio Gómez-Angulo, concejal de Cultura y primer teniente de alcalde. Gómez-Angulo fue incluso más duro que Simancas: "Viniendo de él [Simancas], no podemos esperar ningún reconocimiento de éxito porque él no tiene ningún sentido institucional. La descalificación de Simancas no nos vale para nada; al contrario, nos enorgullece". Gómez-Angulo alabó una y otra vez la celebración del consistorio, a pesar del incidente de los fuegos artificiales. Para él, la macrofiesta en la plaza Mayor y los fuegos artificiales fueron de "un éxito sin precedentes en la capital de Madrid". "El accidente, afortunadamente leve, fue pura mala suerte", añadió.
Las críticas del PSOE, a las que también se sumaron voces inconformes por parte de Izquierda Unida, son sólo "carroñería política en un incidente leve", según Gómez-Angulo.
La portavoz de Izquierda Unida en el consistorio, Inés Sabanés, opinó que la fiesta "no cumplió las expectativas porque cuando la gente se quiso desplazar el espectáculo ya estaba finalizando. Hubiera podido ser mejor si se hubiese organizado con más tiempo".
Para el socialista Simancas, la celebración de la plaza Mayor "no estuvo a la altura". "Con todo mi respeto para los artistas, ha quedado a años luz de lo que se ha hecho en otras capitales de Europa. Creo que se ha perdido una oportunidad importante para mejorar la imagen de Madrid ante el mundo", agregó.
Gómez-Angulo insistió, al respecto, en que es "sumamente injusto desnaturalizar el éxito de los festejos". "Por lo que he visto en el resto del mundo, aquí se ha podido disfrutar de la Nochevieja con absoluta normalidad. Solamente desde la mala fe se puede empañar el éxito de la fiesta del Ayuntamiento", añadió.
Para su celebración del milenio, el Ayuntamiento de Madrid gastó 276 millones de pesetas, 20 de los cuales se destinaron a indemnizar a los tenderos del mercadillo de la plaza Mayor, que tuvieron que levantar sus puestos antes de tiempo. El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, mantuvo en secreto y hasta el último momento los detalles de la celebración de la llegada del año 2000. La oposición, entonces, recriminó la actitud del regidor y le acusó de "improvisar" el festejo.
Cuatro menores intoxicados
En la pasada Nochevieja, los madrileños acudieron primero a la Puerta del Sol, donde la Comunidad de Madrid organizó también un espectáculo de luces de pocos minutos de duración. La concejal de Policía, María Tardón, del PP, calculó que entre la Puerta del Sol y la plaza Mayor se movilizaron unas 30.000 personas. Tardón cifró en 10.000 los asistentes a la fiesta en la plaza Mayor, que se extendió desde las 0.30 hasta las tres de la madrugada. Por el gigantesco escenario desfilaron la cantante Marta Sánchez, Rosario Flores, Ketama y varios grupos de animación.
La Policía Municipal y 92 vigilantes privados impidieron al público entrar en el histórico recinto con botellas de vidrio. Por ello, la empresa que organizó el espectáculo repartió vasos de plástico a los asistentes, que se vieron obligados a arrojar los recipientes en contenedores. "La gente se lo ha tomado muy bien y ha colaborado mucho. No ha habido incidente alguno", señaló un policía municipal.
En la plaza Mayor, las opiniones sobre la fiesta eran dispares. Algunas personas alabaron los recursos técnicos, las pantallas gigantes y los juegos de luces, mientras que otras criticaron la corta duración del acto. "Para ser una gran capital como Madrid, yo esperaba más. Sólo estuvieron bien las tres primeras actuaciones, la de Marta Sánchez, la de Rosario Flores y la de Ketama. Lo demás me parece que fue como de relleno", opinó una joven mexicana. "Ésta es una de las pocas fiestas a las que se puede venir gratis y tendría que durar más", señaló una madrileña.
En el puesto sanitario que se instaló en la plaza Mayor, el concejal de Sanidad, Simón Viñals, del PP, señaló que sólo se atendió a cuatro personas y se detuvo a una por agredir a los viandantes. Simón Viñals también informó de que dos menores de 6 y 10 años fueron atendidos por intoxicación etílica. Ambos estaban solos en la plaza. Fueron entregados al Grupo de Menores (Grume), de la policía.
Por otra parte, según informó la concejal de Seguridad Ciudadana de Móstoles, Beatriz García, dos jóvenes de esa localidad resultaron heridos de gravedad durante la Nochevieja. La explosión de petardos les ocasionó a ambos la pérdida de varios dedos de las manos, informa Efe.
Y en la Fundación Hospital Alcorcón, también por la explosión de petardos, se atendió a cinco personas que presentaban amputaciones de dedos, informa F. J. Barroso. Algunos pacientes estaban ebrios, según un portavoz del centro hospitalario.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.