La residencia o el hogar como sede
El debate lo propició el responsable de la cantera del Atlético de Madrid, Ángel Briñas, cuando recordó que buena parte de los grandes jugadores de la última generación -como Kiko y Raúl- se formaron en un entorno familiar, lejos de las residencias que algunos clubes habilitan para los niños de su cantera. Briñas considera que el entorno familiar es vital para desarrollar la personalidad de un futbolista y es poco partidiario de este tipo de centros.Sin embargo, su equipo cuenta con una residencia en la que conviven unos 40 niños de entre 14 y 18 años. Y lo mismo sucede con el Barcelona, de cuya Masia salieron jugadores como Guardiola y Celades. El caso del Real Madrid es, seguramente, el más extremo: los niños que llegan de fuera para jugar en sus equipos inferiores viven en un hotel.
El contrapunto lo ponen el Ajax y el Athletic. Ninguno de los tiene un centro para acoger a sus jovenes. "Creemos que lo mejor es que el niño permanezca con su familia, que viva en su barrio, que juegue con sus amigos y lleve una vida normal", expone Robin Tronk, técnico de los infantiles del Ajax. El mismo criterio siguen en Lezama. El Athletic de Bilbao fleta una red de autobuses que recoge y devuelve a los chavales a sus casas tras el entrenamiento. En casos extremos, al igual que en el Ajax, los bilbaínos buscan familias que acojan a los niños procedentes de otras provincias vascas que no sean Vizcaya.
En el Barça, en cambio, apuntan que La Masia ha sido decisiva para convencer a los padres a la hora de elegir club para sus hijos. "La formación como personas es tan importante como la futbolística", opina Josep Mussons, directivo del fútbol base, "y en este sentido muchos niños de diferentes puntos de España que son promesas han recalado en el Barcelona y no en otra entidad porque sus padres entienden que sus hijos están más protegidos, aun cuando alguno ha optado por regresar a su lugar de origen, víctima de la añoranza".
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