MARCEL.LI ANTÚNEZ ARTISTA MULTIMEDIA "El avance tecnológico ha olvidado nuestra dimensión corporal"
Su época como fundador y coordinador durante diez años de La Fura del Baus -"la primera mitad de mi trayectoria artística"- queda muy lejos para un creador multidisciplinar inquieto y clarividente. Danza, teatro y cine han sido algunos de los ámbitos en los que se ha desenvuelto Marcel.li Antúnez (Barcelona, 1959) antes de llegar a Vitoria con un espectáculo interactivo multimedia llamado Epizoo, en el que los espectadores le manejan a través de un ordenador como si fuera un robot humano.Pregunta. Su actividad artística parece dirigida por una curiosidad experimental.
Respuesta. Yo tengo un cierto sentido de carrera y el objetivo final de todo mi trabajo se centra en la búsqueda de un lenguaje, de nuevas fórmulas de expresión que apelan a las emociones y al pensamiento. Lo hago desde una perspectiva meramente artística, ya que considero que el arte es una de las estrategias de conocimiento de la humanidad. Permite, a diferencia de otras disciplinas como la ciencia o la filosofía, abordar cosas a partir de la intuición o el capricho. Mi trabajo busca esos atajos y es un proceso muy largo y que quizás no acabe nunca porque va acompañado por la curiosidad.
P. ¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías en esa búsqueda de expresividad?
R. Ya con La Fura habíamos utilizado mecanismos tecnológicos, pero con El hombre de carne que hice en el 92 me serví de un dispositivo interactivo y ya planteé de una manera muy clara lo que va a ser después el uso intensivo y continuado de nuevos aspectos tecnológicos. Epizoo es un manifiesto en torno a la interacción y la yuxtaposición de elementos con una sintaxis compleja. Está conformada por aspectos robóticos, por un ordenador y una parte de gráficos, además de mi propio cuerpo. No soy un autor de tesis, pero con este montaje intento dotar de contenidos los aspectos tecnológicos.
P. ¿Epizoo trata de una recuperación del cuerpo y las sensaciones en ese contexto técnico?
R. El avance de la tecnología en esta década suele olvidar nuestra dimensión corporal, en la medida en que el cuerpo conforma nuestro propio ser. No comparto la idea cartesiana del cuerpo y el alma separados. Es algo único y así lo demuestran los estados emotivos, que ahora se ha puesto de moda bajo en nombre de inteligencia emocional. Hay que dotar a la técnica de recursos que recuperen nuestra propia esencia física y mental. Epizoo alude a una gran epidemia de animales y me pareció interesante este término por la idea de contagio, y que la gente pudiera tener una relación erógena a través de la máquina con mi cuerpo sin contagio.
P. Sus espectáculos y montajes se enfrentan casi siempre a un espectador activo.
R. Es un aspecto nuevo del lenguaje aún por explorar. Cuando iba al cine de pequeño y estaba la película empezada, al no encontrarte dentro del artificio de la narración pensabas que los actores los hacían muy mal. La interacción provoca situaciones más que argumentos narrativos, y eso no es fácil ya que exige nuevos protocolos, tanto para los artistas, que tenemos que generar modelos de comunicación, como para el propio espectador.
P. ¿El uso de sistemas multimedia favorece la comunicación?
R. Lo que está ocurriendo hoy en día con los ordenadores tiene que ver con dos cosas. Por un lado, con toda la tradición escénica que en nuestro siglo se continúa a través del cine, que se trata de un concurso complejo de muchos especialistas, técnicos en su materia, que cobran sentido en función del objeto. Y por otro, con todo lo que está ocurriendo con las teorías de la vida. Hemos empezado a pensar en las especies y en los organismos separados y hemos acabado aceptando que todo está entretejido.
P. ¿Cómo es su relación con el teatro?
R. Las palabras y los términos suelen arrastrar conceptos que no les son propios. Cuando se habla de teatro se suele vincular con una estrategia escénica que tiene que ver con la aplicación de un texto dialogado junto a una puesta en escena con una jerarquía muy clara que incorpora a director, escenógrafo, figurinista,... Yo nunca he trabajado así, y prefiero hablar del ámbito de lo escénico porque estoy convencido de que la estructura, la taxonomía del arte, va a cambiar.
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