"La destrucción de Timor obedeció a un plan organizado"

ENVIADO ESPECIALCon cerca de 30 años de experiencia como funcionario de Naciones Unidas en Camboya, Líbano, Bosnia o Kosovo, el brasileño Sergio Vieira de Mello ocupa desde hace dos meses la Administración transitoria de la ONU para Timor Oriental, la ex colonia portuguesa invadida por Indonesia en 1975. Vieira de Mello, de 51 años, señala que "la destrucción en algunas áreas fue sistemática y obedeció a un plan perfectamente organizado; eso no ocurre por violencia espontánea".

Pregunta. ¿Cómo ha encontrado Timor Oriental después de sus experiencias en Camboya, Kosovo o Bosnia?

Respuesta. Al margen de la destrucción del territorio, me ha sorprendido favorablemente la ausencia de un clima de odio y desconfianza muy característico en los Balcanes y, especialmente, después de Kosovo. O de ausencia de rivalidades políticas e ideológicas como en Camboya. Hay una mayor apertura para la reconciliación que, en el caso de los otros lugares, parece sólo una propuesta teórica y abstracta, mientras aquí constituye un compromiso real. No sólo por parte de los líderes, sino de la población en general. Para mí, eso es más importante que la destrucción.

P. De acuerdo, pero el territorio también ha sido arrasado.

R. Es cierto que la destrucción en ciertas áreas como Suai, Oecussi o Maliana es mucho más grave, más seria, de lo que yo vi en Bosnia o Kosovo. En algunos centros urbanos, alcanzados por los serbios en Kosovo, había un 30% o 40% de edificios sin muchos daños. En el caso de Oecussi o Suai, no hay nada en pie. Eso quiere decir que la destrucción en algunas áreas fue sistemática.

P. ¿Quiere decir que esa destrucción sistemática obedeció a un plan perfectamente organizado?

R. Creo que sí. Eso no se hace por violencia espontánea

P. Antes de fin de año va a ser entregado a Kofi Annan un informe sobre esas masacres. Se puede decidir la creación de un tribunal internacional que juzgue esos delitos. ¿Defiende la creación de ese tribunal?

R. No me voy a pronunciar sobre ese tema. No es de mi competencia y no le voy a dar una opinión personal, porque no puedo. Mi responsabilidad aquí es restablecer un sistema judicial independiente que decidirá si debe o no juzgar esos casos.

P. ¿Cuál es el balance de muertos, refugiados y desaparecidos que tiene al día de hoy?

R. Yo prefiero hablar de los vivos más que de los muertos. En cualquier caso no tenemos datos, ni estadísticas serias y fidedignas. Los responsables de derechos humanos le pueden informar mejor que yo. [Actualmente se han contabilizado más de 300 muertos, cerca de 130.000 desplazados al área occidental de la isla. Otros 120.000 han regresado y hay millares de desaparecidos que pueden encontrarse en otras islas del archipiélago indonesio o muertos]. Hay que ser muy prudentes, porque no sabemos si algunos cuerpos encontrados proceden de la oleada de violencia desatada en septiembre. Fueron centenares de muertos, pero no tengo una cifra exacta.

P. ¿Cuáles son sus objetivos prioritarios para reconstruir y poner en marcha este nuevo país?

R. Todos es prioritario. Lo principal es la ayuda humanitaria, que va a ser necesaria hasta abril o mayo por lo menos, la reconstrucción de infraestructuras (agua, electricidad y carreteras) y, después, los servicios sanitarios. Hay que frenar, sobre todo, la malaria. Ésas serían las tres áreas prioritarias.

P. Sobre el proceso de reconciliación ¿No cree que ese asunto está lejos de solucionarse?

R. Estamos en contacto con diferentes grupos y por diferentes canales. La oleada de violencia se produjo hace menos de cuatro meses, no obstante, el proceso de reconciliación está avanzando más rápido de lo que imaginábamos, de lo que sería razonable pensar. Los timorenses independentistas están dando pruebas de una gran tolerancia y una gran sabiduría.