La voz de la Navidad

Desde hace nueve años, cuando cada diciembre el clima navideño se adueña de Madrid y en su Gran Vía se repite un prolijo ritual en iglesias y teatros del centro urbano, con la voz como protagonista, se completa una veintena de conciertos en el marco del Festival Vía Magna, con artistas noveles y grandes obras en clave sacra. Después, tan pronto cesa la temporada de fiestas, las voces se acallan y los jóvenes artistas se recluyen en la intimidad de sus conservatorios para preparar el repertorio de la Navidad que vendrá.Pero 12 meses es una espera demasiado prolongada cuando de arte joven se trata. Por eso, los responsables del certamen Vía Magna, el Equipo Kapta, idearon el modo de prolongar el espíritu festivo durante el año completo. El 2000 verá en acción a la Orquesta y Coro Vía Magna, una estructura estable que trabajará a tiempo completo para rescatar obras sinfónico-corales sumidas en un crónico olvido, bajo la mirada atenta del director Óscar Gershenshon.Argentino de nacimiento pero madrileño por decisión, Gershenshon observa que, de un tiempo a esta parte, la música vocal en España ha exhibido un ímpetu renovado. "Hay un renacer importante en todo el país, y en Madrid en particular", opina el especialista, que en 1992 fundó Capilla Real con el fin de incentivar este arte.

Dispuesto a crecer con la ciudad misma, Vía Magna trabajará con un principio rector: la unidad indisoluble y la coordinación indispensable entre el juego de voces y los instrumentos en ejecución. Según explica el director artístico, la misión será formar al grupo orquestal con una estética apropiada para actuar "en sintonía" con las voces, y respetar la esencia única de cada pieza. "La orquesta debe saber qué texto está acompañando y no funcionar como un mero colchón armónico, y ésta es una cuestión que incluso las mejores formaciones orquestales descuidan", indica.

Las 80 voces y los 45 músicos de la formación ya han hecho propia esta consigna. Para su selección, los responsables del proyecto realizaron una convocatoria de carácter público, seguida de audiciones para coro y orquesta. Frente a ellos se dispuso un equipo de seis maestros cuidadosamente elegidos por Gershenshon y propulsores de su mismo principio estético, entre ellos, Bernard Bessone, primer violín y compañero de ruta en la dirección de la agrupación. El bautismo de la flamante orquesta, concretado en la ciudad de Leganés, incluyó un repertorio de Mendelssohn, con los salmos bíblicos como inspiración y la paz como concepto unificador.

Música en Navidad. Concierto Fin de Año (Orquesta Vía Magna): 30 de diciembre, a las 20.00. Iglesia de San Jerónimo el Real.