Sobre la puntilla
Leo con decepción el artículo La puntilla, del crítico taurino Joaquín Vidal, en la edición de Madrid de EL PAÍS del 7 de diciembre. Aunque tiene fama de crítico riguroso, en este artículo ha primado la tendenciosidad y la desinformación. Condena Vidal el hecho de que la Comunidad de Madrid, aceptando una propuesta que la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (ANPBA) le presentó en 1988, haya firmado la Orden 8.345/1999, que establece, a partir del año 2000, el aturdimiento previo al sacrificio de las reses utilizadas en los festejos taurinos populares, con instrumental idóneo, la pistola de émbolo cautivo, como en los mataderos homologados, para evitar a los animales "sufrimientos innecesarios". La tendenciosidad se aprecia especialmente en su descripción de cómo va a terminar el animal con la utilización de esta pistola, a saber, "con la cabeza llena de chichones y corrido a tiros por todo el corral".Me cuesta creer que este especialista taurino desconozca el reglamento regional (Decreto 112/1996, artículo 5.3), que establece que, "para realizar el sacrificio, se han de habilitar una manga y un mueco donde serán apuntilladas ". El mueco es un cajón en el que el animal queda inmovilizado, facilitando su sacrificio, ahorrándole sufrimientos precisamente al no permitirle moverse. Y la Orden 8345/1999, relativa al aturdimiento, establece que "las reses deberán encontrarse previamente inmovilizadas en el mueco correspondiente, que deberá contar con un sistema especial de sujeción de la cabeza".
¿Qué tiene esto que ver con los comentarios de Vidal? Efectivamente, la puntilla, ese puñal que hurga en la nuca del animal buscándole la médula, destrozando las vértebras atlas y axis, aplicado por cualquier persona, ha sido sustituido por la pistola de émbolo cautivo, que provoca la inmediata inconsciencia del animal y le evita sufrimientos, cuya utilización estará a cargo de un profesional (no de un profano).
En este punto he de citar a Antonio García Díez, director técnico de los Servicios Veterinarios Oficiales de Salud Pública, en escrito dirigido a la ANPBA: "La pistola de bala cautiva (...), en mi modesta opinión, es el mejor sistema a emplear (...); únicamente me atrevo a recomendar que la maneje un experto matarife y no cualquier espontáneo".
En verdad, la Comunidad de Madrid debe ser felicitada por su voluntad política, siendo la primera autonomía que regula el sacrificio humanitiraio de las reses de lidia. ¡Un hito histórico y con peso específico que la ANPBA está presentando como modelo a seguir en la propuesta que estamos haciendo al resto de las comunidades autónomas españolas!- . Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales.
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