Kluivert saca a pasear su otro yo
En el verano de 1998, el Barcelona fichó a Patrick Kluivert, y desde Italia, donde el holandés calentaba el banquillo del Milan, llegaron tímidas advertencias que hablaban de un jugador controvertido, difícil y con antecedentes penales. El Barça no hizo caso y Kluivert se comportó espléndidamente durante más de un año: hasta el último derbi con el Madrid, en octubre, cuando explotó por primera vez su Mr. Hyde personal y se ganó una tonta cartulina roja que encendió las luces de alerta en la capital catalana.El domingo se le cruzaron otra vez los cables, y su temperamento puede haberle complicado incluso su futuro próximo en la Liga. El miércoles, contra el Rayo, propinó un visible puñetazo a Cota que seguramente le costará una suspensión por parte del Comité Disciplinario de la Federación, que examinará el vídeo. El árbitro no lo vio, pero tampoco había visto la piña del portero del Mallorca Burgos, el mes pasado, al espanyolista Serrano, y al argentino le cayeron once partidos de suspensión. Kluivert protagonizó también un incidente con Figo, con quien discutió airadamente poco antes del descanso en Vallecas. El Barça perdía por entonces 1-0.
