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El golf

Miguel Ángel Villena

MIGUEL ÁNGEL VILLENA

El nuevo héroe de la juventud es un chaval de Castellón, de apenas 19 años y aire de pillo, cuyos méritos consisten en colocarse una gorra de marca, dar saltitos de alegría sobre una pradera y tener la rara habilidad de meter una pequeña bola en un agujero lejano ayudándose de un palo. De nombre Sergio García y apodado El Niño, este valenciano ha logrado dos victorias sonadas en el circuito profesional del golf, se ha embolsado unos 800 millones de pesetas en unos meses y ya cuenta con dos empresas dedicadas única y exclusivamente a su representación. En una carrera de vértigo, Sergio García ha disputado unos hoyos con el mismísimo presidente del Gobierno, ha sido recibido por el Rey y se ha convertido en un ídolo de adolescentes. Acompañado con frecuencia por su madre, que vigila que se ponga calcetines negros o marrones -"que combinan con todo"- El Niño ha disparado la afición por el golf en España hasta el punto de que en este año unas 18.000 personas, la mayoría jóvenes, han solicitado licencias para jugar. Sorprendidos por el fenómeno, los sociólogos deportivos muestran su asombro por este cambio de las actitudes juveniles que han pasado de los deportes de emociones fuertes a un juego reposado, más propio de ese tipo de jubilados que visten espantosos pantalones a cuadros y adornan sus golpes con muecas dignas de Walter Matthau.

Hasta hace poco los niños soñaban con ser futbolistas o actores. Se trataba de profesiones con cierta aureola de aventura y rodeadas de una estela de fama, viajes y dinero. Además, cualquiera podía aspirar a destacar en el manejo del balón o en el recitado de versos porque eran, en definitiva, aficiones que podían practicarse bien en un descampado, bien en la calle o en casa. Ofrecían también el fútbol, el teatro o el cine diversiones añadidas al practicarse en grupo con todas las posibilidades que ofrecen siempre los juegos en pandilla. Pero el mito de este final de siglo es un chaval que juega solo, viaja con su mamá y es asesorado por expertos en inversiones. El futuro ha llegado y se llama Sergio García. Juega al golf.

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