En Madrid tomaron la palabra 23 accionistas y sólo 4 en Bilbao

El ambiente de las juntas celebradas ayer en Bilbao y en Madrid fue muy distinto. La cita de la capital vizcaína fue un camino de rosas para Emilio Ybarra. Francisco González lo pasó peor. En Bilbao, sólo cuatro accionistas tomaron la palabra y ninguno criticó la operación. Buenas palabras, algunas dudas y una sugerencia, que no tuvo respuesta de Ybarra: "Ataquen al señor Botín".En Madrid, la labor de González fue más ardua, pero no tan complicada como algunos esperaban. En algo más de una hora y media, 23 accionistas (24 pidieron la palabra, pero uno no apareció cuando se le llamó) preguntaron y González respondió.

De las 23 intervenciones, cinco se manifestaron en contra de la fusión. Dos de los accionistas críticos, jubilados del antiguo Banco del Crédito a la Construcción, anunciaron que impugnarán la junta. Las críticas más generalizadas se centraron en la ecuación de canje, que fue defendida por González apelando a los estudios técnicos realizados por los expertos. El resto de las intervenciones apoyaron la operación. Dos fueron especialmente relevantes: las de Fernando Sarasola, presidente de Sacyr , que tiene el 0,6% de Argentaria, y la de Jorge Cosmen, de Alsa.

Un asunto que no se abordó ni en Bilbao ni en Madrid -puesto que los accionistas no lo preguntaron y no hubo ruedas de prensa- es el de la participación industrial del grupo. En la cartera del BBVA destaca Telefónica, de la que es el primer accionista. El grupo bancario tiene cuatro consejeros, dos de los cuales serán reemplazados en breve por Francisco González y José María Abril. Sobre las opciones sobre acciones, el presidente de Argentaria explicó que la entidad tiene un plan de incentivos, que técnicamente no es lo mismo.

Para ser consejero del nuevo banco será necesario tener más de 8.000 acciones en dos años anteriores. El número de consejeros va de 12 a 33. Desde el año 2002, González será presidente único del BBVA por cinco años y sólo podrá ser sustituido si tres cuartas partes del consejo así lo estiman. Es necesario el 70% de los votos en la junta para cambiar al presidente.