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Cepsa usará la red de Gas Natural para vender su propio combustible

La petrolera Cepsa —controlada por el BSCH— y Gas Natural (45% Repsol, 25% La Caixa) firmaron el pasado fin de semana un acuerdo por el que la petrolera podrá utilizar las infraestructuras de la compañía gasista para distribuir y transformar su propio combustible.

Ambas empresas valoraron ayer el acuerdo como una primera ruptura del monopolio de distribución del gas natural en España que hasta ahora tenía la compañía Gas Natural.

Fuentes de Cepsa señalaron que el acuerdo es la primera piedra de un plan decidido por la petrolera para entrar en el negocio de la distribución de gas natural en España, aunque señalan que "en este primer momento lo que estamos haciendo es sondear el mercado y ver las posibilidades de captar clientes".

Las mismas fuentes señalaron que, gracias al acuerdo, Cepsa ha recibido ya en la planta de regasificación que Enagás tiene en Barcelona el primer cargamento de este hidrocarburo procedente de Argelia. Se trata, añadieron, de una carga de 200 millones de termias de gas natural que la compañía petrolera tiene previsto emplear para autoconsumo en sus refinerías de Huelva y Algeciras, así como en las petroquímicas que tiene en ambas localidades.

De momento, el grupo petrolero parece haber optado por un modelo meditado de ruptura del monopolio, ya que el acuerdo al que ha llegado con Gas Natural, según Servimedia, no implica una obligación de Cepsa de utilizar las infraestructuras de Gas Natural de forma periódica o por un volumen determinado de termias.

Rupturas de monopolio

Esta es la tercera vez que Cepsa rompe un monopolio en el sector de hidrocarburos en España.

La primera fue en el negocio petrolero, con la instalación en Canarias, en 1929, de su primera refinería de petróleo; y el año pasado volvió a hacerlo en el negocio del butano con el lanzamiento comercial, en las comunidades de Andalucía, Murcia y Valencia de su bombona de acero inoxidable.

La tímida ruptura del monopolio del gas en España se produce cuando aún no se han disipado los ecos de la posible fusión Repsol-Iberdrola. Esta operación, congelada, al menos por el momento, contó con la radical oposición de Endesa, con su presidente Rodolfo Martín Villa a la cabeza.

Uno de los argumentos que han pesado a la hora de paralizar la operación proyectada por Repsol sobre Iberdrola ha sido, precisamente, la inexistencia de competencia en el mercado gasista, lo que hubiera dejado al grupo Repsol-Iberdrola, dada su presencia en Gas Natural, como único agente del mercado, relegando a la mera anécdota el acuerdo de suministro de gas firmado en su día por Endesa y Gas Natural y aprobado, con algunas matizaciones, por el Gobierno.

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