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Entrevista:María Tardón OlmosConcejal de Policía Municipal, Tráfico y Protección Civil

"Hay que plantearse legalizar el ejercicio de la prostitución"

Como juez de instrucción de Madrid cobró notoriedad cuando se empeñó en investigar el caso de los papeles de Laos; es decir, los documentos supuestamente falsificados que sirvieron para engañar al ex director de la Guardia Civil Luis Roldán y convencerle para que en febrero de 1995 volviera desde Asia a España, poniendo así fin a su fuga. Hubo quienes dijeron que María Tardón utilizaba ese caso para atacar al ministro socialista Juan Alberto Belloch e, indirectamente, al PSOE. Hoy, ella recuerda así aquel episodio: "Me acusaron, por un lado, de no hacer lo suficiente y de no lanzarme cuando estaba claro que el autor de aquello había sido alguien del poder. Otros, por contra, dijeron que me estaba cebando. Hice lo que tenía que hacer para esclarecer unos hechos que eran delictivos. Actué dentro de las limitaciones que había en aquel tema. Luego sobreseí el asunto [en noviembre de 1997] y la Audiencia revalidó puntual y rotundamente todas mis decisiones".Pregunta.¿Ve hoy algún problema en que un juez se pase a la política? Usted, en el pasado, parece que sí lo veía.

Respuesta.Lo que no puede ser es que un juez vaya a la política y luego regrese a la judicatura ocupándose de los temas de que se estaba ocupando antes. Puede darse el supuesto de que alguien vaya a la política porque está siendo tentado en base a unos determinados asuntos, públicos o privados, que está viendo en un juzgado. Y luego puede ocurrir que esa persona vuelva a la judicatura y utilice su órgano judicial para vengarse. Claro, eso es lo que realmente me daba un poco de recelo. Probablemente hubiera sido suficiente con que no se reservase la plaza al juez que se iba a la política, sino que al regresar ocupase la que estuviera vacante. Sin embargo, ahora la ley te aparta de la carrera y dejas de existir durante los años que has estado al servicio público. Y, si decides volver, tienes que estar tres años sin ocupar un destino en lo jurisdiccional. El anterior sistema era malo; el actual es excesivamente duro, pero... quizás hay que pasar por ese trance para desvanecer algunos recelos anteriores.

P.¿No ve entonces problema en que un juez ejerza de político?

R.Ninguno. Sólo desde la cerrazón o la mala voluntad se pueden poner trabas a que una persona pase de una actividad a otra. Lo que habrá que hacer es poner las oportunas barreras para evitar que desde la judicatura se alcancen objetivos que no se han logrado desde la política, y viceversa.

P.Hablemos del enfrentamiento Comunidad-Ayuntamiento por las narcosalas para toxicómanos.

R.Hay que denominarlas salas de venopunción. La idea de estas salas es buena: tratar de conseguir que [los toxicómanos] se pinchen en lugares higiénicamente adecuados. Pero, desde el punto de vista ético, tiene algunos problemas: parece como si estuviéramos tirando la toalla. Como si dijéramos: "Estos seres humanos han llegado a este nivel y no vamos a intentar nada más que se pinchen en las mejores condiciones posibles hasta que el cuerpo les aguante". La idea de las salas de venopunción es buena, pero de otra manera: englobándolas en una red de asistencia al drogodependiente, en la que, además, se aproveche esa circunstancia para que se metan en programas de desintoxicación. Otro problema es que exista una sola sala, porque eso hará que todo el mundo se dirija hasta allí. Mire, los CAD [centros de atención a drogodependientes] atraen a su alredor a personas que intentan vender su mercancía.

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P.¿De verdad ocurre eso cerca de los CAD?

R.Sí, eso atrae siempre a gente predispuesta a este tipo de actuaciones. Si a todas esas personas las radicas en una única sala de venopunción, puedes provocar problemas de colisión con los vecinos de Vallecas. Hubiera sido bueno integrar esta sala [del barrio de Las Ba-rranquillas] en la red de asistencia y que no se pusiera en marcha una única sala, sino que fueran varias. La Comunidad y el Ayuntamiento debemos ir juntos en este tema. Esto no puede ser una cuestión política.

P.Pero hasta ahora no han ido juntos, sino muy separados.

R.¿De quién ha sido la culpa? Porque en su momento se nos habla de la posibilidad de que esto se ponga en marcha; pero, antes de volver a reunirnos, la Comunidad lanza el proyecto a bombo y platillo, sin decirnos nada y sin reunirnos. Primero debían haber contado con nosotros. Y segundo, permítannos que tengamos recelos y no nos lancen las discrepancias como si yo me estuviera oponiendo al proyecto del siglo, ¡que no lo es!, ¡que no lo es! El Ayuntamiento ha hecho lo que tenía que hacer.

P.El alcalde ha dicho que no le gustan las narcosalas. ¿Su criterio es el mismo?

R.Se ha extractado demasiado lo que ha dicho el alcalde. Pero estamos todos de acuerdo. Curiosamente, es lo que pensaban también Izquierda Unida y el PSOE.

P.¿Qué ideas tiene sobre las prostitutas de la Casa de Campo?

R.Es un tema que va más allá de la posibilidad de arreglo por parte de la corporación local. Es un tema, al final, de legalización o regularización de una situación que está en el limbo: ni es delito ni es legal; entonces, ¿qué es? Quienes hemos peleado por la igualdad de la mujer tenemos alguna resistencia a considerar la prostitución como un trabajo. Yo no creo que sea un trabajo. Pero hay que tener en cuenta que es una actividad que genera más de un billón de beneficios al año en España para las bandas que explotan a las mujeres, y, por otra parte, la prostitución genera riesgos higiénico-sanitarios gravísimos. Ante esto, debiéramos plantearnos legalizar la prostitución sin renunciar a desarrollar actividades de tipo social para tratar de recuperar a las mujeres -y a los hombres- que se prostituyen.

P.¿Está segura de lo que dice?

R.Ésa es la tendencia en toda Europa. Antes teníamos una situación internacional, sobre todo desde el ámbito de la ONU, que, por un lado, establecía que no se debía penalizar la prostitución pero que a la vez abogaba por que no se legalizase la prostitución. Sin embargo, la tendencia en el Consejo de Europa es la contraria. ¿Por qué? Porque otros países de Europa han sufrido este fenónemo que nosotros padecemos ahora. Francia ha legalizado la prostitución y ha establecido los cauces y las normas para su ejercicio y su control higiénico-sanitario. París tenía un problema gravísimo en sus calles -tenía prácticamente sacrificado el Bosque de Bolonia- y se está erradicando merced a la legalización de la prostitución y diciendo que se puede ejercer en casas o locales que cumplan determinados requisitos.

P.Mejor así que la indefinición y la alegalidad actual, ¿no?

R.Sí. Hay que afrontar los problemas y no esconder la cabeza como el avestruz. La línea emprendida por los países europeos es la más adecuada. Creo que tanto la Comunidad de Madrid como el Ayuntamiento están en sintonía en este ámbito y en esta idea.

P.¿En la idea de legalizar la prostitución?

R.Por ahí tiene que venir la solución, porque, si tú legalizas una actividad, también estableces las normas de ejecución de esa actividad. Deja de ser una situación alegal, en la que cualquiera pueda ejercerla en la vía pública, para convertirse en una actividad que tiene que desarrollarse en unos locales con dotaciones mínimas y sujetas a la inspección pública. Hoy, como es alegal, ni se puede controlar ni se puede reprimir.

P.¿Y el Ayuntamiento fijaría en qué zonas se puede ejercer?

R.No se trata de establecer guetos. De lo que se trata es de que, siendo una actividad legal como una discoteca o un club, tendrían que cumplir los requisitos que establecen las ordenanzas, y la Administración podría inspeccionar si tiene los servicios mínimos exigibles. La Administración no puede llegar al extremo de decir en qué calle se puede ejercer la prostitución. Eso no, de ninguna manera.

P.¿Qué pasa del complejo proyectado por su antecesor para las 400 prostitutas que hay en la Casa de Campo?

R.La garantía de que personas dominadas por grupos organizados vayan voluntariamente a asumir apartarse a un determinado lugar es mínima. Hemos preferido dejar las cosas como estaban. Eso sí, intensificando las actuaciones de carácter social y vigilando los problemas de seguridad vial en la zona donde las mujeres ponen en aprietos a los automovilistas.

P.¿Sus compañeros no se escandalizan cuando les habla de legalizar la prostitución?

R.Creo que no. Si no se legaliza, es imposible ordenar. No se puede poner orden si no hay leyes que permitan esa ordenación.

P.Todavía no ha hecho ningún cambio en la Policía Municipal, y sus subordinados no saben cuáles son sus planes.

R.Una organización con más de 5.000 personas es lo suficientemente sensible como para que cualquier actuación se haga con cuidado. Se viene hablando de la reestructuración de la Policía Municipal desde hace 10 años. ¡No pretenderán que yo en un mes llegue y cambie a la Policía Municipal! No quiero hacer experimentos ni tomar decisiones precipitadas.

P.¿Va a pedir el Ayuntamiento el indulto del policía condenado por el Supremo a 12 años de cárcel por matar de un tiro a un fugitivo?

R.El absoluto acatamiento a las resoluciones judiciales no es incompatible con eso. Espero que se vaya a una petición de indulto por parte de la Corporación en pleno. Yo espero, y en eso estoy trabajando, que se produzca de una manera unánime por todos los grupos políticos.

P.Usted ha dicho que con un sueldo de 400.000 pesetas que cobra un concejal es difícil dedicarse a la política. ¿Gana ahora menos que siendo juez?

R.Algo menos. Pero uno no viene aquí a ganar dinero. Hay un proyecto para mejorar el sistema de retribuciones, que todos los partidos han reconocido que es bastante injusto.

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