LA TARTA DE LA REINA
La modernización de la casa real inglesa, proceso de acercamiento a la ciudadanía iniciado a toda prisa tras la muerte de Diana de Gales, ha llegado por fin a las cocinas. Para esta Navidad, Isabel II piensa regalar a sus diversos ayudantes y empleados palaciegos una tarta de lo más plebeya. El dulce, elaborado a base de nueces, cerezas y nata, además de coñá, ron y jerez, ha sido comprado en la cadena de supermercados Tesco, la mayor del país. Otros proveedores más señeros de la corona, como los almacenes Harrods, propiedad de Mohamed al Fayed, padre de Dodi, el compañero de Diana fallecido con ella en París, se han quedado este año sin el suculento encargo. El palacio de Buckingham asegura que no siempre compra los presentes en el mismo sitio, y el pastel de Tesco era el más rico. La propia soberana lo ha probado y está además encantada con la rebajita que le han hecho: medio millón de pesetas, a deducir de la cuenta final, que rondaba los tres millones.- ,
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