"Los idiomas deben adquirirse como la lengua materna, desde niños"
Isabel Valero (Zaragoza, 1964) sabe que hablar de trilingüismo en la educación suena difícil, pero insiste en que la realidad es mucho más sencilla. Pese a ser bióloga, lleva desde el año 1992 aplicando estos proyectos multilingües en colegios privados concertados de Euskadi, una iniciativa que el departamento de Educación ha decidido extender a la red pública este curso porque estamos en una "sociedad multicultural en la que se hablan varios idiomas". Pregunta. ¿Qué metodología tiene este sistema de enseñanza?
Respuesta. Desde que el niño entra en el colegio con un año sólo se le habla en inglés y en euskera, y a los tres años se introduce el castellano. Es un proyecto de doble inmersión temprana, y a partir de primaria seguimos la misma línea pero distribuyendo los grupos de asignaturas según distintas lenguas. Hasta ahora se está aplicando en infantil y primaria, y ahora empezamos en primero de secundaria.
P. ¿No resulta confuso para los niños más pequeños?
R. Lo más importante de la inmersión es la identificación profesor-lengua. Cada docente se dirige desde el primer momento de la mañana hasta el último en inglés, en euskera o en castellano, sea una situación formal o no. A los dos años le puede estar cambiando los pañales o dándole de comer; a los cinco, jugando con él en el patio, recibiéndole en clase o diciéndole lo que tiene que hacer. Todo en el mismo idioma.Ganamos en naturalidad y en pronunciación. Se aprende la lengua vía adquisición, no vía aprendizaje. Para un niño todo es un juego, es divertido.
P. ¿Qué resultados ha ofrecido este modelo después de varios años de funcionamiento?
R. Alumnos de lengua materna castellana cursan en primaria las asignaturas en euskera e inglés, y pasan a secundaria manteniendo esos idiomas con dichas materias e incluso otras nuevas. Esa es la competencia lingüística que se alcanza.
P. ¿Necesita complementarse la actividad académica con un trabajo de los padres en casa?
R. Todo lo que se pueda reforzar en el ambiente familiar es importante. El tiempo de exposición a la lengua es un factor directamente proporcional, lo mismo que la calidad de ese tiempo. Les animamos a que se dirijan a los niños en otro idioma, les pongan vídeos, juegos, o en verano, si tienen la posibilidad de dedicarles más tiempo, que lo hagan. Eso les va a enriquecer y les va a dar la oportunidad de usarlo, que es lo más positivo.
P. ¿Se detectan mejoras intelectuales en los estudiantes multilingües?
R. Hay beneficios culturales porque se asocia una lengua a una cultura: hablamos de crecer con tres idiomas, de conocer otras mentalidades, de solidaridad. Es un área transversal que la trabajamos de una manera directa. También hay beneficios lingüísticos porque hay transferencias estructurales entre una lengua y otra. Y por supuesto, se producen beneficios cognitivos, al desarrollarse la creatividad y la intuición.
P. ¿Qué influencia tiene este sistema pedagógico en la vida cotidiana del estudiante?
R. No interfiere para nada en la vida cotidiana, ni hay interferencias de ningún otro tipo.
P. ¿El objetivo final es crear personas que manejen de igual manera tres idiomas?
R. Las metodologías en primaria y secundaria son distintas pero siempre con objetivos. La L1 (lengua principal, diferente en cada caso) siempre desarrollará mayores competencias que la L2 y la L3. Nosotros generamos la competencia comunicativa oral, pero también de lectura y escritura. Los niños llegan a leer y escribir en las tres lenguas indistintamente sin ningún problema, aunque siempre una de ellas cobra mayor importancia.
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