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Para la libertad

Tiene veintiún años y un día. Consagra las libertades y era un ideal de todos los demócratas. Desde ella y con ella empezó el futuro que nos trajo a este presente, imperfecto, pero desde el que sigue siendo posible el futuro gracias a ella: la Constitución. Ser libre va más allá de lo que digan las leyes, ser libre es actuar con libertad, aunque ello nos ponga en peligro, pero sin duda ser libre cuando la ley nos ampara es, sencillamente, disfrutar del derecho a vivir en libertad y eso, tan grande como natural, es lo que nos garantiza la Constitución.Celebrar una ley es asunto raro, seguramente asunto en el que sólo se entretiene quien ha tenido carencias, es el caso. Por tanto es bueno seguir celebrando la Constitución. Al hacerlo, sin embargo, sería bueno no sacralizarla como ley cerrada y para toda la vida, sin posibilidad de mejorarla en lo que sea mejorable y si es mejorable, o reformarla a medida que los tiempos vayan imponiendo nuevas realidades.

A Andalucía la Constitución le trajo la oportunidad de encontrarse en la posibilidad de hacer su propio futuro, y a su medida. Desde la Constitución y con ella pudimos andar el camino hacia el Estatuto de Autonomía, nuestra ley de leyes autonómicas, que consagra nuestra diferencia en el seno del Estado al que pertenecemos y en el que nos reconocemos con los otros pueblos que lo integran. En el fondo siento estar escribiendo sobre cosas simples y elementales, sabidas por todos, pero no hago otra cosa que celebrar y celebrar es sencillamente recrearse en la realidad celebrada. Me dan ganas de escribir ¡Viva la Constitución! -ahí queda- y lo hago por celebrarla, acaso en un arranque algo infantil, y sobre todo revelador de las carencias que tuve, que tuvimos todos los que cada vez que asoma la nariz una fecha de legalización de la libertad, no podemos menos que celebrar que sobrevivimos al tiempo oscuro en el que crecimos valorando lo que no teníamos, que no es ni más ni menos que lo que ahora tenemos, algo tan simple, tan natural, tan necesario como una Constitución. Con ella podemos hacer mejor, incluso a ella misma, si es que alguna vez hiciera falta. Para la libertad.

MARÍA ESPERANZA SÁNCHEZ

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