El PSC da luz verde a una candidatura conjunta con Esquerra e Iniciativa per Catalunya-Verds para el Senado

Las elecciones legislativas del próximo mes de marzo pueden ser la primera ocasión desde 1977 en la que los tres partidos de la izquierda catalana concurran unidos en la candidatura para el Senado. En vista de que tanto Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V) como Esquerra Republicana (ERC) se han declarado dispuestas a formar una lista única de las izquierdas catalanas para el Senado, el secretariado del Partit dels Socialistes (PSC) aceptó ayer el envite y acordó abrir negociaciones con estos dos partidos para formar la candidatura.Miquel Iceta, secretario de acción electoral del PSC, comunicó ayer mismo el acuerdo de su partido al vicesecretario general de ERC, Josep Huguet. El primer secretario del PSC, Narcís Serra, se reunirá el jueves con Josep Lluís Carod-Rovira, de ERC, y Rafael Ribó, de IC-V, para comenzar la negociación del programa conjunto con el que las tres fuerzas concurrirán al Senado si el acuerdo llega a materializarse.

Los socialistas creen que es relativamente fácil conseguir un acuerdo con ERC e IC-V sobre estos cuatro puntos: reforma del Senado para convertirlo en Cámara de representación territorial, según el modelo federal alemán; evolución del Estado autonómico en sentido federalista; defensa del reconocimiento de la plurinacionalidad y el plurilingüismo de España, y compromiso de no alineación con la derecha en el Senado.

El interés de ERC e IC-V por esta candidatura única al Senado es comprensible. Estos dos partidos no tienen ninguna posibilidad de conseguir ni un solo senador si concurren a las elecciones cada uno por su cuenta. En cambio, si suman sus votos a los del PSC la candidatura unida puede lograr 12 senadores, tres por cada provincia. En la discusión de las candidaturas, ERC luchará para colocar a dos candidatos en puestos de elección segura, según explicó su portavoz. IC-V aspira a conseguir uno y los socialistas sólo están dispuestos a realizar esta coalición si aumentan el número de ocho senadores que consiguieron en las últimas elecciones.

Con independencia de los escaños que cada partido logre, el interés de todos ellos radica también en que con esta operación podrán constituir en el Senado un grupo catalán que cuente con 15 senadores, porque a los surgidos de las elecciones legislativas se sumarían los dos del PSC y el ERC designados por el Parlament. Frente a ellos, la derecha catalana quedaría con sólo ocho senadores: siete de CiU (los tres designados por el Parlament y los cuatro que obtendría como minoría en las elecciones legislativas) y uno del PP designado por el Parlament.

Una de las condiciones que los socialistas quieren garantizar es que ninguno de los senadores elegidos en esta candidatura única forme grupo luego con la derecha. Éste será probablemente uno de los aspectos difíciles de la negociación, en particular porque la equidistancia que ERC practica consiste en que los independentistas se decantan en ocasiones en favor de CiU y en otras hacia la izquierda.

Varios miembros de la dirección socialista explicaron que no hubo ni una intervención en contra de la propuesta de coalición para el Senado en la reunión del secretariado en la que se decidió emprender la negociación con ERC e IC-V. Tanto Pasqual Maragall como Josep Borrell se pronunciaron rotundamente a favor de la propuesta formulada por el primer secretario, Narcís Serra.

Para los socialistas catalanes esta operación plantea también la necesidad de alcanzar un acuerdo con el PSOE, a cuyo grupo parlamentario en el Senado dejarán de pertenecer los senadores socialistas. En Valencia se negocia también un acuerdo para el Senado entre varias fuerzas y el PSC está interesado en que su experiencia no sea la única.