El empresario leonés al que pagó De la Rosa tiene aún cientos de millones en paraísos fiscales
El empresario leonés Antonio Fernández Díez, que recibió de Javier de la Rosa 4,5 millones de dólares en cuentas suizas a su nombre, declaró ayer en la Audiencia Nacional que el dinero que acumuló en el exterior no ha vuelto a España y sigue en paraísos fiscales. Fernández, que aseguró que en 1994 había regularizado su situación con Hacienda, negó conocer a De la Rosa y haber tenido nunca relación alguna con el Partido Popular. En 1997, el financiero había asegurado que los pagos a la cuenta suiza de Fernández Díez habían servido para financiar al PP.
Ayer Fernández Díez entró a declarar ante la juez de la Audiencia Nacional Teresa Palacios, instructora del caso Torras, y salió como imputado. La magistrada había aceptado la petición de los letrados de la empresa querellante, el Grupo Torras, y había modificado su situación desde la condición de testigo a la de imputado del posible delito continuado de apropiación indebida en colaboración con Javier de la Rosa.En el transcurso de su declaración, Fernández Díez explicó que en 1991 tenía una importante cantidad de dinero negro invertido en Pagarés del Tesoro, es decir, sin que el fisco supiera que él era su propietario.
Al vencimiento de esos pagarés, Fernández decidió colocar el dinero en Suiza, para lo que se puso en contacto con dos ejecutivos del Chase Manhattan en España, Francis Vasallo y García de Noceda. Éstos se encargaron, según la declaración del empresario leonés, de conseguir que el dinero apareciese finalmente ingresado en su cuenta en Suiza.
Esta argumentación es muy parecida a la que emplearon los ex altos cargos de Hacienda José María Huguet y Ernesto de Aguiar para justificar los ingresos recibidos en sus cuentas suizas por orden del abogado Juan José Folchi, ex asesor de Torras y de De la Rosa.
Según Fernández Díez, ese dinero y otro de diversa procedencia nunca volvió a España y continuó en el extranjero, aunque, según aseguró, en 1994 regularizó su situación fiscal.
De acuerdo con la documentación suiza, Fernández Díez llegó a acumular 895 millones de pesetas en el Chase Manhattan, en la cuenta denominada Dog Trust. Finalmente, rompió relaciones con ese banco y traspasó todo el dinero a la sucursal del Banco de Santander en Guersney, una isla paraíso fiscal en el Canal de la Mancha, donde, a tenor de su declaración, aún debería seguir.
Posteriormente, en los pasillos de la Audiencia Nacional, el empresario leonés se desmarcó de cualquier relación con el PP, en el que dijo no haber militado nunca, y con De la Rosa. Este último había aportado documentación en 1997 intentando establecer relaciones entre la cuenta en el Chase Manhattan y la financiación del PP. El empresario reconoció tener amistades en ambientes políticos pero negó que se ciñeran exclusivamente al PP. Diversos testimonios han señalado estos días que Fernández Díez tenía una fluida relación con el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, y el presidente del Gobierno, José María Aznar.
También declaró ayer el ex directivo de Sindibank Andrés Fraile, como testigo. Reconoció haber realizado operaciones con De la Rosa para que éste recibiese dinero negro en España a cambio de colocar la misma cantidad en el extranjero, gracias a que el financiero poseía gran número de cuentas en varios paraísos fiscales. Sin embargo, Fraile afirmó que no recuerda ningún detalle de la operación relacionada con los envíos a Fernández Díez.
Fuentes próximas al caso señalaron ayer que es casi seguro que la juez citará a declarar a los dos directivos del Chase Manhattan mencionados por Fernández Díez en su declaración.
Los letrados de Torras argumentan, por su parte, que el dinero ingresado en las cuentas suizas de Fernández fue sustraído de la empresa por Javier de la Rosa y que, por lo tanto, el receptor final está obligado a devolver el dinero.
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