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ETA ROMPE LA TREGUA

El miedo ya está aquí

Una empresa cancela en San Sebastián un congreso de 700 personas por temor a ETA

No ha hecho más que engrasar sus pistolas y ETA ya tiene sus primeras víctimas. Una empresa de telefonía avisó ayer de que, si se confirma el final de la tregua, suspenderá un congreso que tenía previsto celebrar en San Sebastián el próximo mes de febrero: 700 habitaciones de hotel que se quedarán vacías, 700 almuerzos y 700 cenas que se dejarán de servir.Es el miedo de nuevo que ya está aquí, sin esperar al viernes. Valga un primer botón de muestra. Los directores de tres hoteles de San Sebastián que confirmaron ayer la anulación del congreso de telefonía -uno de ellos se queda con 150 habitaciones compuestas y sin huésped- pusieron una vieja condición para hablar: que sus nombres no fueran citados. Regresa la clandestinidad.

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Otro ejemplo: la pasada semana, una relevante familia de industriales guipuzcoanos accedió a contar su historia a este periódico, que la incluiría en una serie de reportajes sobre empresas y empresarios vascos. El lunes, apenas un día después de conocer el macabro anuncio de ETA, un portavoz de la familia telefoneó para anular la entrevista y disculparse. De pronto, vuelve a ser más seguro que sus rostros no salgan fotografiados, que un terrorista de ETA no los pueda recortar y añadir a la documentación de un comando.

La suspensión del congreso de telefonía -que se iba a celebrar en el Kursaal, los espectaculares cubos del arquitecto navarro Rafael Moneo- enciende todas las luces de alarma. Justo en el momento en que el turismo vasco disfruta una época dorada. La circunstancia nunca antes vivida de un País Vasco sin tiros se ha unido durante los últimos meses a la atracción del Guggenheim y del nuevo palacio de congresos Euskalduna, en Bilbao, y a la inauguración en San Sebastián del Kursaal. Conseguir una plaza hotelera en Bilbao, Vitoria o San Sebastián es todavía -¿lo seguirá siendo este fin de semana?- tarea casi imposible. Ahora todo amenaza con venirse abajo.

Ángel Álvarez y Jon Ortuzar son los máximos responsables de la organización de congresos en San Sebastián y Bilbao, respectivamente. Uno y otro se mostraron ayer muy preocupados. Quieren confiar, sin embargo, en que a última hora ETA rectifique. Para Álvarez, director del Convention Bureau de San Sebastián, el fin de la tregua supone "una tristeza tremenda". "Abre una expectación negativa, inquietante", añadió; "todo lo contrario de lo que intentamos hacer con nuestro trabajo, que no es otra cosa que romper fronteras".

Ortuzar, director general del palacio de congresos Euskalduna de Bilbao, pone voz al comentario unánime de la calle: ahora, si regresan los atentados, será mucho peor que antes, porque ahora aquí se ha conocido por primera vez lo que es vivir en paz. "Sólo pensar", explica, "en que el viernes pueda haber un atentado enerva más que antes. Nos habíamos acostumbrado a vivir sin violencia, y nos gustaba. Si vuelven a coger las armas..., será otro crimen contra los vascos".

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