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Las obras en la Diagonal abren la vía a la reforma de la avenida barcelonesa

La Autoridad del Transporte Metropolitano ha decidido, al menos de momento, que la Diagonal no sea ocupada por un tranvía, como mínimo en su tramo central, entre la plaza de Francesc Macià y la calle de Aragó. Esta decisión tiene una primera consecuencia: quiebra la posibilidad de una explotación conjunta de la línea del Baix Llobregat y la del Besòs. Necesariamente, reconoció el presidente de la ATM, tendrán que ser dos proyectos independientes.Las objeciones a un tranvía en el centro de la Diagonal proceden del Ayuntamiento; los argumentos a favor, de la Generalitat.

Las reticencias municipales tienen que ver, en primer lugar, con los problemas que una línea de este tipo comportaría para el tráfico de coches, tanto de los que circulan por la propia avenida como de los que cruzan la ciudad por la cuadrícula del Eixample. No en vano la Diagonal cruza Barcelona de punta a punta y corta la totalidad de las calles del Eixample.

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Un tercer factor nada desdeñable es la presencia en esta vía de un número considerable de líneas de autobús, casi todas ellas con una notable demanda de usuarios, cuya circulación se vería alterada por la presencia del tranvía.

Una de las posibilidades barajadas es la reforma de la avenida. En estos momentos, es una vía con amplios espacios peatonales profundamente desaprovechados. Estos paseos están repartidos entre el carril para bicicletas y los aparcamientos de motos, pero apenas son usados por los peatones, salvo que se dirijan a las paradas de autobús o crucen la avenida.

Algunos técnicos han puesto la mirada en algunas de las calles reformadas: la Meridiana, Marina y Gran Via entre las plazas de Espanya y Cerdà. Es decir, se trata de eliminar los laterales y ampliar notablemente las aceras. Con ello, el tranvía podría circular por el centro de la avenida, donde quedarían cuatro o cinco carriles en cada sentido de la marcha y un más que ancho espacio peatonal.

Todas estas obras se podrían realizar aprovechando la construcción de la línea del tranvía, si circulara por la superficie, o del túnel para los Ferrocarrils de la Generalitat, si finalmente fuera ésta la opción elegida por la Autoridad del Transporte.

El Ayuntamiento de Barcelona cree que el soterramiento del túnel sería más rápido, barato y posible si no se asocia a la reforma de la Diagonal, reforma que no incluye entre sus principales prioridades. Los responsables municipales ha optado por centrar sus fuerzas en impedir que la superficie de la avenida sea ocupada por un nuevo transporte público, de ahí que la reforma pase a segundo plano.

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