La policía dejó en libertad a Ferrándiz tras una agresión meses antes de la detención definitiva
VIENE DE LA PÁGINA 1 En la sesión de ayer quedó patente de nuevo la descoordinación policial en las investigaciones por los asesinatos de las cinco víctimas de Ferrándiz. Varios policías y guardias civiles han declarado en anteriores sesiones que casi no se revisaron las listas de ex presos en libertad condicional tras condenas por delito sexual u homicidio, en las que figuraba el propio acusado.
Como se recordó ayer en el juicio, en febrero del pasado año, cuando ya se habían descubierto los cinco cadáveres, la policía recibió una denuncia por agresión. Con la identificación del vehículo de Ferrándiz como autor de este supuesto ataque y conociendo sus antecedentes por agresión sexual, la policía decidió, no sólo dejarlo en libertad sino que ni siquiera se le tomó declaración por escrito cuando éste se presentó en la comisaría.
Según declararon dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía, una llamada anónima el 15 de febrero avisó de que un hombre estaba pegando a una joven en la avenida de Almassora de Castellón. Al parecer, ambos estaban en el suelo, forcejeando y la joven pedía auxilio. Los policías indicaron también que un hombre y su hijo acudieron a socorrerla y que la chica aprovechó para huir. Los testigos dijeron entonces que la respuesta del atacante al ser recriminado por su acción fue: "Es una puta que me ha puesto los cuernos". Momentos después, el agresor abandonó el lugar en un coche que, por la matrícula, fue identificado por la propia policía como el de Ferrándiz. La víctima interpuso una denuncia, aunque luego no pudo reconocer al ahora acusado como el autor de la agresión. A ello se sumó que los testigos no declararon por escrito y no figuran en las diligencias policiales sobre el suceso. Así, al día siguiente del incidente, la policía fue a buscar a Ferrándiz quien, según su madre, se encontraba durmiendo, por lo que solicitaron su presentación en comisaría. Ferrándiz, al que se acusa también de asesinato en grado de tentativa por esta acción, llegó, solo y nervioso, a las dependencias judiciales, según los policías. Él mismo informó de sus antecedentes, aunque los agentes no comprobaron que se encontraba en libertad condicional. Tampoco contaban con ninguna orden de comunicar agresiones al grupo que investigaba los cinco asesinatos, entonces, sin resolver. El procesado lo negó todo: la agresión, el intento de meter a la chica en su vehículo e incluso el haberse encontrado con ella. Según indicaron ayer los policías que testificaron, su jefe decidió dejar a Ferrándiz en libertad sin tomarle declaración. La víctima que escapó del acusado en esa ocasión está llamada a declarar hoy en el juicio.
Cinco meses después de aquel incidente, Ferrándiz era definitivamente detenido tras auxiliar a otra joven a la que, según sostienen el fiscal y la Guardia Civil, él mismo provocó un accidente al deshinchar una rueda del vehículo siniestrado. En la sesión del juicio celebrada ayer también testificó la que fue novia de Ferrándiz durante ocho años. Durante el interrogatorio del fiscal, efectuado con excesivo recelo, la joven mantuvo que siempre vio al que llama Ximo como una persona "normal, cariñosa, detallista y muy meticulosa". La joven incluso mantuvo que tiene "el carácter más fuerte que él".
Uno de los momentos de mayor tensión se produjo tras el testimonio del padre de Amelia Sandra García, una de las cinco víctimas. Al finalizar su intervención, el hombre se giró hacia el acusado y le espetó: "Hijo de puta, tú mataste a mi hija".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.