Protesta
Soy abogada ejerciente en Madrid y de origen libanés. Le ruego publique esta carta en su diario, pues me siento agraviada por una información aparecida repetidas veces en su diario en relación con el "secuestro" de unas niñas por su padre libanés.En primer lugar me congratulo de que la justicia española y los servicios policiales españoles y norteamericanos hayan sido eficaces en la detención de un padre que "supuestamente" se ha llevado a sus hijas sin autorización judicial. Como letrada sé bien lo que cuesta esto y las pocas seguridades que normalmente se pueden dar a las madres en situación desesperada porque sus hijos han desaparecido. Ahora bien, en este caso escribo para quejarme del tono del artículo. El que una persona esté "imputada" no significa que haya sido hallada culpable ni haya sido condenada por uno o varios delitos. Al protagonista masculino de la historia le falta defenderse y echo de menos en su artículo el adverbio "supuestamente" cada vez que hablan de secuestro y otros delitos.
En segundo lugar, el periodista ha hecho un artículo más propio de la prensa amarilla, ha reproducido sin comprobarlas un montón de afirmaciones y ha caído en estereotipos que atañen al honor de muchas personas y de un país en general.Como libanesa de origen, residente en España desde hace más de 30 años, protesto contra las afirmaciones de M. Jesús Esteban, que acusa a la colonia libanesa de Madrid de poder agredirla. Hasta aquí podíamos llegar.
Por otro lado, se presupone que todo el sistema judicial libanés es corrupto, lo cual es incierto como en todas partes. Y finalmente, se usan estereotipos en cuanto a la religión y la política del Líbano. En el Líbano se aplican las leyes, a cada religión la suya en lo que se refiere a asuntos personales y de familia. Y si el esposo de la señora Esteban tiene una sentencia que dice lo contrario que una sentencia española en lo referente a la custodia de sus hijas, será, posiblemente, porque la ley libanesa aplicable al caso difiere de la española en ese punto. Es una de las grandes dificultades que entrañan estas situaciones.
El derecho internacional privado es quizás la rama más compleja del derecho civil, pues los propios sistemas nacionales no coinciden en cuanto a la determinación de la ley aplicable a un caso concreto. Todo lo demás es trivializar, y, sintiéndolo mucho, hacer periodismo mal documentado.- .
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