Los alcaldes chechenos piden a Occidente armas modernas para defenderse de Rusia
La aviación y la artillería rusas continuaron bombardeando ayer sin piedad el territorio checheno, mientras el presidente independentista, Aslán Masjádov, estudiaba la posibilidad de pedir ayuda militar a países occidentales. Los nuevos bombardeos han causado más de 400 muertos entre la población civil de diversas localidades, según fuentes chechenas. Durante las últimas horas, el principal blanco de los proyectiles rusos ha sido Urús Martán, feudo de los wahabíes y ciudad en la cual los guerrilleros todavía pueden recibir refuerzos desde el sur o huir.
Representantes de 23 pueblos chechenos enviaron un llamamiento al presidente Masjádov para que pida a los países occidentales armas modernas con el fin de poder hacer frente a las fuerzas del Kremlin. "Debemos dirigirnos a Occidente y pedirle el mayor número de armas posibles. Necesitamos, ante todo, misiles portátiles antitanques y antiaéreos", dicen los representantes en su carta a Masjádov.Tanto los militares del Kremlin como los guerilleros independentistas coinciden en que los ataques de los últimos días son los más intensivos y cruentos desde el 7 de septiembre, fecha en que comenzaron los bombardeos del territorio checheno. Ayer, las bombas cayeron principalmente en Urús Marán, ciudad situada a 31 kilómetros al sureste de Grozni. El Estado Mayor Operativo checheno reconoció que el centro de esa localidad "ha quedado reducido a cenizas". Dos escuelas, un mercado y las edificaciones de una granja agrícola fueron destruidas, mientras en los caminos que unen esa ciudad con Grozni había numerosos vehículos en llamas, según la misma fuente. Lo último se explica porque los rusos han vuelto a la práctica de la guerra anterior: disparar desde el aire contra cualquier vehículo en movimiento, sin importar si viajan guerrilleros o civiles.
La poca población civil que queda en la ciudad trata de huir hacia Achjói Martán, en manos de los rusos, y de allí continuar hacia la vecina Ingushetia.
Masjádov arremetió ayer contra el mufti Ajmad Kadírov, la máxima autoridad religiosa en Chechenia, a quien acusó de ser el culpable de la actual guerra. Kadírov, enemigo declarado del wahabismo que estaba cobrando fuerza en la república independentista, brindó su apoyo a las fuerzas federales, gracias al cual éstas pudieron entrar en Gudermés, la segunda ciudad en importancia de Chechenia, sin encontrar resistencia alguna.
"Kadírov realizó varios intentos de desatar la guerra civil en Chechenia el último año. Pero como no logró hacer frente a las fuerzas internas chechenas, consiguió que las tropas rusas invadieran la República", dijo ayer Masjádov en la televisión local. El presidente checheno anunció que había dado orden a los dirigentes de Seguridad, Abú Movsáyev y Turpal Argueríyev, de buscar y capturar al mufti. "Kadírov será juzgado de acuerdo a las leyes en tiempos de guerra", dijo Masjádov.
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