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GESTIÓN

La academia de baile flamenco Amor de Dios busca con urgencia un local para subsistir

La academia Amor de Dios, el emblemático e histórico centro dedicado al baile flamenco, tiene los días contados si no encuentra una nueva sede. El 31 de diciembre, maestros y alumnos deben abandonar el local que ocupan en la zona de Embajadores. Allí se instalaron hace seis años, cuando se les echó de los estudios de la calle del Amor de Dios, de donde la academia tomó el nombre. La Comunidad prometió entonces un espacio en el Centro de las Artes y la Cultura -Leguidú-, un proyecto que no verá la luz de momento.La academia Amor de Dios lleva cuatro décadas formando a los profesionales del baile flamenco y recibiendo alumnos que llegan de todas las partes del mundo, japoneses en su gran mayoría, aunque en todas las épocas hay representantes de todos los continentes. Por ella han pasado Carmen Amaya, Antonio el Bailarín, Antonio Gades, Joaquín Cortés, Sara Baras o Antonio Canales. "Es muy difícil encontrar a alguien que se dedique al baile flamenco y no haya tomado alguna clase en Amor de Dios", afirma Joaquín San Juan, director de este centro desde hace seis años. San Juan añade que en estos momentos la situación de la escuela es francamente "crítica" si no encuentra pronto otro local. "La muerte de Amor de Dios no será en silencio. Habrá cámaras de televisión de todo el mundo", anuncia San Juan.

El pasado viernes, la dirección de la academia se reunió con Manuel Aguilar, director de promoción cultural de la Comunidad, en busca de una solución. Al término de la reunión, tanto Aguilar como San Juan declararon que hay buena predisposición para encontrar una solución.

"La Comunidad se comprometió a reservarnos un espacio dentro del Centro de las Artes y la Cultura, y nosotros, a sacar adelante Amor de Dios con nuestros propios medios. Hemos cumplido nuestro compromiso. Ellos, no. Ahora necesitamos que nos den una respuesta", declara San Juan.

Desde hace seis años, esta escuela de baile ha ocupado de forma provisional un local de 800 metros cuadrados en la calle de Fray Luis de León por el que pagan 13 millones anuales. El contrato de alquiler finaliza el 31 de diciembre. Desde finales de los años cincuenta, la academia tuvo su sede, también en régimen de alquiler, en la calle del Amor de Dios. Aquellos estudios se cerraron porque su propietario vendió el edificio a una inmobiliaria que lo rehabilitó y transformó en lujosos pisos.

En estos momentos se responsabiliza de la marcha de la academia Amor de Dios la Federación de Entidades Flamencas de la Comunidad de Madrid, una organización que tomó el mando de la escuela en la crisis de hace seis años. "En esos momentos era un cadáver", explica San Juan. Entonces se consiguió implicar a las administraciones. La Comunidad aportó 12 millones, y el Ministerio de Cultura, cinco.

Treinta maestros

En Amor de Dios dan clases 30 maestros de varias generaciones. Ciro, María Magdalena, Paco Romero, Tomás de Madrid, La Tati, El Güito o Cristóbal Reyes son algunos de los que llevan dos décadas enseñando. La dirección de la academia no se entromete en la actividad de estos maestros, que en su mayoría son bailaores o lo han sido. Los maestros tan sólo deben pagar el alquiler del estudio que ocupan durante la hora de sus clases."Todo se ha cuajado ahí. Las compañías de flamenco o baile español han salido de ahí, también todos los grandes bailarines", explica Carmela Greco, bailaora y maestra de la academia desde hace 12 años. "Mi padre [José Greco] empezó a bailar en Amor de Dios con 23 años. Y ahora tiene 86. Viene gente de todo el mundo. En Amor de Dios se mueven muchas cosas. No es una simple academia de baile", dice. También lo ve así Alejandro Granados, otro de los maestros. "Amor de Dios no es sólo una academia a la que la gente va a dar zapatazos. Aquí se junta toda la profesión. Es también un sitio de intercambio cultural".

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