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EL 'CASO FONDOS RESERVADOS'

Corcuera alegó que podía haber pagado las joyas con la partida de protocolo

Durante los años que desempeñó el cargo de ministro del Interior, José Luis Corcuera mantuvo las facultades de administración y disposición de las cantidades presupuestadas y contabilizadas como gastos reservados que se ingresaban en la cuenta del Banco de España número 24-000164-1, denominada "Habilitación de Material", según el escrito de la Fiscalía Anticorrupción redactado por el fiscal Alejandro Luzón.El importe anual del presupuesto de dicha cuenta era de 190 millones de pesetas entre 1998 y 1992 y de 163,5 millones en 1993.

Una vez puestos a su cargo los dichos fondos, -prosigue el fiscal-, el ministro José Luis Corcuera destinó la cantidad de 7.385.860 pesetas a la adquisición, en la joyería Vargas de Madrid, de alhajas que, a sabiendas de la naturaleza pública de dichos fondos, regalaba en Navidad a las esposas de algunos altos cargos del ministerio como compensación por tener a sus maridos tan ocupados. Las esposas, según el fiscal, desconocían el origen y función de la partida que financiaba tales obsequios.

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El escrito detalla que en 1990 Corcuera compró 18 sortijas de oro y piedras preciosas y un encendedor por importe total de 1.761.000 pesetas; en 1991, 26 pulseras de oro, por importe de 2.849.860 pesetas. En 1992, 25 collares de oro que costaron 2.775.000 pesetas.

No regaló alhajas a su mujer

En su día, Corcuera dijo en el juzgado que era cierto que había comprado las joyas para las esposas de los altos cargos y que las pagó del dinero de la cuenta de material. El ex ministro alegó que creía que debía tener un detalle con esas personas y que lo prefirió a la gratificación. Cada joya costó entre 90.000 y 100.000 pesetas. Corcuera añadió que a su propia esposa no le regaló nada y que pudo haber pagado las joyas con la partida de gastos de protocolo.Las declaraciones de Corcuera ante el juzgado fueron ratificadas por el propietario de la joyería Vargas, quien aseguró que mantuvo relaciones comerciales con Interior en esos tres años y que el cliente en concreto era el ministro. Le avisaban siempre en Navidad y él se pasaba por el ministerio y le entregaba un muestrario al ministro. Corcuera elegía las joyas, que eran una veintena, siempre de señora, y de igual precio, que no debía pasar de las 100.000 pesetas. Algún regalo fue luego cambiado, según detalló el joyero.

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El fiscal considera que estos hechos revisten un delito continuado de malversación por sustracción de caudales públicos, del artículo 432 apartado 1 del Código Penal. Por ello, el representante del Ministerio Público cree que al ex ministro Corcuera debe imponérsele una pena de cuatro años y siete meses de prisión e inhabilitación absoluta por ocho años y un mes.

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