Jugar para la galería
Si nos atenemos a las manifestaciones que han ido cruzándose en los últimos días entre los actuales gestores de Canal 9 y los representantes de Vía Digital y UEFA, convendremos que se ha organizado un totum revolutum a resultas del cuál se ha resentido la hacienda pública valenciana, y no por falta de recursos, que los hay, sino por la torpeza de José Vicente Villaescusa para la negociación y el oportunismo de la plataforma televisiva que dirige a golpe de stock options el amigo del presidente del Gobierno, Juan Villalonga. Los damnificados, como siempre, son los sufridos contribuyentes valencianos.El último encuentro de fútbol entre el Valencia y el Girondins de Burdeos no pudo retransmitirse por Canal 9 precisamente por la incapacidad negociadora de los directivos del ente público autonómico, con lo que el actual Gobierno de la Generalitat dilapida 800 millones de pesetas -cifra invertida en las acciones de Vía Digital- a favor de dicha plataforma privada, por culpa de una gestión deficiente. Precisamente el día en que Vía Digital y RTVV llegaron a un acuerdo para la cesión de los derechos de la firma que dirige Pedro Pérez, los espectadores se quedaron sin la emisión abierta y gratuita a través de Canal 9 del encuentro que disputaron el Valencia CF y el Girondins de Burdeos. Los aficionados que optaron por seguirlo en directo tuvieron que abonar el correspondiente importe por la retransmisión.
Pero el caso es que la sublicencia que graciosamente le cede Vía Digital a Canal 9 cuenta con el beneplácito de TVE, ente público que compró en su día los derechos de la Liga de Campeones a la UEFA. La política de parcheo, los arreglos in extremis y las componendas de última hora, cuando no la vocación por jactarse incluso ante sus propios socios -RTVV tiene el 1,75% de las acciones de Vía Digital- marcan la gestión de Gobierno de Zaplana, quien ha querido, de una manera demagógica, satisfacer a un sector del electorado: los aficionados del Valencia CF, ante el cúmulo de protestas y críticas recibidas por propios y extraños. Hasta las elecciones de 1995, los espectadores podían seguir los partidos europeos del Valencia CF por Canal 9 en directo y de forma totalmente gratuita. El gobierno de Zaplana prefiere hacer negocio con un sentimiento, aunque ese sentimiento sea simplemente deportivo. Y aquí es donde se levanta la barrera entre derecha e izquierda, conservadores y progresistas. La izquierda suele tender a la ideología; la derecha a los intereses (sobre todo cuando son privados).
La solución final del affaire de las retransmisiones en abierto por Canal 9 la ofrecerá la UEFA, cuyo reglamento para la retransmisión de encuentros europeos no contempla las sublicencias. ¿Acaso no conocía Villaescusa esta normativa? Y si Zaplana y sus gestores la conocían, ¿a qué carta juegan? Pienso que visto el despropósito y la nula capacidad de negociación de los responsables políticos de RTVV, el presidente de la Generalitat pretende desviar las protestas de los aficionados hacia Vía Digital o hacia la misma UEFA. Eso es lo que se llama en términos futbolísticos "jugar para la galería" sin arriesgar lo mínimo en ataque. O pillar a los hombres de Zaplana en off-side. En román paladino podríamos denominar la "jugada" como una auténtica "castaña".
Por desgracia, la degradación de la televisión pública valenciana no es solamente ética, por el tratamiento de algunas noticias informativas y los constantes atentados a la inteligencia humana que se perpetran impunemente y con una periodicidad casi diaria por Canal 9, sino que también es económica, por culpa de una pésima gestión del ente, como se ha demostrado en el asunto de la Liga de Campeones. Ya no basta la verbosidad de Zaplana para tapar la mediocridad. Es más, pienso que esa verbosidad del actual presidente de la Generalitat Valenciana no tiene nada que ver con la elocuencia natural y equilibrada, sensata. ¿Acaso su discurso sólo responde a una exhibición de la vanidad? ¿la misma que nos ha mostrado desde que saltó a la cancha de la política para defender sus intereses y los intereses de la derecha más conservadora, con las privatizaciones pendiendo como una espada de Damocles sobre los ciudadanos y las ciudadanas de esta Comunidad?
Marina Gilabert es vicepresidenta del consejo de administración de RTVV en representación del PSPV-PSOE.
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