Un grupo de saharauis protesta frente al Palacio Real de Rabat
Medio centenar de saharauis, sobre todo mujeres y niños, se manifestaron ayer ante el Palacio Real de Rabat, enarbolando banderas marroquíes, retratos del rey y pancartas. Se trata de saharauis acogidos a los planes de reinserción del difunto Hassan II, que prometió casa y trabajo a quienes regresaran de los campos de refugiados o desertaran del Frente Polisario. Muchos no han recibido nada.Los manifestantes exigían ser recibidos por "algún representante de Palacio" para exponer la situación en la que se encuentran. Un cordón policial impidió a los saharauis el acceso al Mechuar, recinto amurallado del palacio, por la Puerta de los Embajadores, ante la que se habían congregado. La mayoría de los saharauis son procedentes de El Aaiún y de otras ciudades del Sáhara occidental bajo administración marroquí, de donde partieron hace tres semanas para desfilar ante el Parlamento.
"Ya no queremos que nos reciban en el Ministerio del Interior, como hicieron antes, para darnos largas. Ahora queremos que sea alguien de Palacio", decía Brahim, un saharaui llegado de Tinduf que lleva meses esperando casa y trabajo. "Nos prometieron muchas cosas, pero sólo dan a los privilegiados para sacarles en la foto".
Estos saharauis son parte de los que regresaron a Marruecos siguiendo el plan ideado por Dris Basri, entonces ministro del Interior, para intentar, por todos los medios y gastando enormes fortunas, atraer a gente aislada del Frente Polisario o de los campamentos de refugiados de Tinduf. De los varios centenares de saharauis que se acogieron a las medidas de "perdón", sólo una minoría se han beneficiado realmente de la reinserción. La mayoría sigue esperando casa, trabajo y asistencia sanitaria.
El rey Mohamed VI envió el 8 de noviembre una delegación de cuatro ministros a El Aaiún para dar garantías de que "la política real hacia el Sáhara va a cambiar". El ministro de Finanzas, Fathallah Ualalu, confesó que esa política había sido un "cúmulo de errores". La manifestación de ayer, la primera que se realiza ante las puertas del palacio, es interpretada en Rabat como el fracaso de la recuperación de las figuras más conocidas del Frente Polisario.
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