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Entrevista:

"Chaves está promoviendo un cambio tranquilo"

Luis Barbero

JAVIER TORRES VELA PRESIDENTE DEL PARLAMENTO DE ANDALUCÍACuida sus palabras hasta la exageración. Como presidente de la Cámara por razones institucionales, como dirigente del PSOE, por prudencia. Sin embargo, Javier Torres Vela, de 46 años, es de los que piensan que su partido necesita renovar personas y contenidos.

Pregunta. ¿Cuál es su balance de la actual legislatura?Respuesta. En 1996 dije que quería una legislatura que no fuese ni pinza ni rodillo y creo que se puede mantener la afirmación. Se hace una reforma del reglamento que permite que todos los grupos tengan representación en la Mesa y en los órganos de extracción del Parlamento, y se introduce además la posibilidad de que los miembros de esos órganos (consejo de administración de RTVA, Cámara de Cuentas y Defensor del Pueblo) tengan que pasar por el Parlamento para ser evaluados. Es una figura muy interesante, pero todavía no ha dado todo de sí.

P. ¿Por qué lo dice?

R. La comparecencia se convierte en un mero trámite y cada grupo propone a su representante. La figura tiene muchas posibilidades políticas y en esta legislatura, la prudencia ha llevado a no emplearla. Ahora que se habla sobre que el Parlamento debe ir avanzando en ser garante de la transparencia espero que funcione. Éste es un Parlamento fuerte y lo es porque tiene medios materiales y reglamentarios a disposición de los grupos para que puedan ejercer su función. Es reiterado, pero somos el único Parlamento que tiene una Oficina de Control Presupuestario. Además, ha sido una legislatura con gran importancia en el terreno legislativo. Se han aprobado 30 leyes y creo que podremos llegar al final con 37 leyes, lo que nos sitúa al mismo nivel de la primera, en la que se aprobaron 42. La actual legislatura se puede definir como la de lo social, en la que cada colectivo con dificultades en Andalucía se ha estudiado y tratado de legislar para convertir las prestaciones en derechos.

P. ¿La tarea legislativa ha ido en detrimento de la de control?

R. No. En el terreno cuantitativo es espectacular, se han duplicado el número de expedientes. Las preguntas al presidente se han convertido en el centro del debate político y eso fortalece al Parlamento. Además, en esos debates se han producido anuncios, como el de la fusión de las cajas, que es la propuesta de más envergadura que se ha colocado encima de la mesa en esta legislatura y se ha hecho en el Parlamento. Las preguntas, las interpelaciones, los mecanismos de control del Gobierno se han desarrollado a un altísimo nivel. Hay otro rasgo en esta legislatura, que viene marcado por el hecho de que por primera vez las mayorías parlamentarias en el Congreso y en el Parlamento andaluz no son coincidentes y eso ha originado una dialéctica de interpretación diferente del interés general, que se ha plasmado en el terreno parlamentario. Por primera vez, el Parlamento ha presentado recursos de inconstitucionalidad.

P. La oposición reclama mayor rapidez y mejores respuestas del Ejecutivo.

R. No me preocupa excesivamente lo del tiempo de las respuestas, porque es razonable, sino la calidad. El Gobierno tiene que contestar a lo que se le plantea. Hay preguntas muy directas y las respuestas son un largo rodeo para no llegar a ninguna parte. No hay ningún mecanismo que permita entrar en el contenido de la respuesta. Cuando un diputado pregunta al Gobierno, el Parlamento es un mero intermediario.

P. ¿Se puede evitar?

R. Es difícil, pero hay que trabajar en buscar fórmulas, bien a través de reiterar la pregunta a través de la Mesa o de la presidencia del Parlamento con carácter más imperativo. Hay otro problema muy latente en todos los parlamentos que es el de las comisiones de investigación. Se está produciendo una degradación muy peligrosa que puede llevar a su desaparición práctica, aunque no reglamentaria. Es comprensible que cuando se solicite una se enfrenten dos posiciones: la mayoría tenderá a que, si considera que le puede perjudicar, no se constituya y la oposición, a que cualquier cosa que haya tenido un impacto mediático elevarla a comisión de investigación. Pero con la potencia de los medios de comunicación, en gran medida las comisiones de investigación se están haciendo mediáticamente y a lo que se viene es a que se refuerce en el Parlamento tal o cual posición. La comisión se convierte entonces en una mera reproducción de las estrategias entre los que quieren condenar y los que quieren absolver. En este terreno, se debería hacer un esfuerzo para buscar una fórmula que las garantice. Creo que siguen siendo muy importantes en el derecho parlamentario y tienen la razón de ser de llegar hasta el fondo de un hecho político para depurar responsabilidades.

P. Sin embargo, el PSOE no ha accedido a ninguna de las comisiones solicitadas.

R. No quiero responsabilizar al grupo que se niega o que propone. En esta legislatura se han planteado 17 comisiones de investigación y me parece que es un número excesivo. ¿De verdad ha habido 17 elementos para solicitar una comisión de investigación o la proliferación de demandas desvirtúa el sentido de las mismas? Esta última posición refuerza a los que no quieren que se constituyan. A mi juicio, no todo lo que ocurre en el ámbito social es investigable parlamentariamente. Puede ocurrir un escándalo importante en términos de opinión pública, por ejemplo la financiación ilegal de un partido cuyas responsabilidades no tienen ninguna relación con la actividad de un gobierno. Si no tienen esa relación con la actividad del gobierno, esa actuación no es investigable.

P. El Defensor del Pueblo ha alertado sobre la proliferación de empresas públicas y la dificultad para controlarlas.

R. Bueno, lo que denuncia el Defensor es la tendencia de la Administración pública que, para hacer más eficaz el funcionamiento de determinados servicios, busca el mecanismo de la empresa pública, que es más ágil. Lo que dice es que se está abusando demasiado de la empresa pública y eso puede tener la lectura de que se hace para evadir los controles ordinarios de la Administración. Pero eso puede tener solución. A lo mejor la denuncia del Defensor puede ser corregida con una mayor actividad de la Cámara de Cuentas en la verificación de la actuación de esas empresas.

P. Ha destacado como un hecho singular el que haya gobiernos distintos en Madrid y en Sevilla. ¿Ese hecho ha facilitado que su partido sea más autónomo?

R. El PSOE de Andalucía ha sido siempre muy fuerte. Lo que ha cambiado es la situación. En Andalucía se genera el núcleo esencial que capitanea la primera gran renovación del partido, que es la que gana Suresnes. Ese núcleo es fundamentalmente andaluz y dio origen a una imagen muy comentada que es la llamada foto de la tortilla, donde te encuentras a Felipe González, Alfonso Guerra, Manolo Chaves, Guillermo Galeote, Luis Yáñez... La relación del PSOE de Andalucía con el PSOE es de cordón umbilical y esa gente realiza un proyecto muy exitoso, tanto que cumple la mayoría de sus objetivos: han consolidado un sistema de libertades, han incorporado a España en Europa y América Latina, han modernizado el país y han sentado las bases de un Estado de Bienestar Social. Pero al hacer eso, la sociedad también va cambiando. González deja la dirección y emerge una nueva que supone ya un salto generacional. En eso cambia la situación del PSOE andaluz: sigue siendo muy fuerte, pero al abandonar Felipe y Alfonso la dirección, ya no hay ese cordón umbilical y el peso federal es más equilibrado. El PSOE de Andalucía juega su rol desde su autonomía y la defensa de sus propias posiciones porque la situación no es la misma que la de hace 10 años.

P. ¿Lo que está diciendo es que el ciclo de los de la tortilla ha terminado?

R. Creo que aquello es un ciclo histórico que ya ha terminado, pero cometeríamos un error si tratamos de hacer saltos individuales, porque hay gente de esa foto que está entendiendo los cambios mucho mejor que incluso cortes generacionales posteriores. Además de González, podía citar el nombre del Manolo Chaves. Es posible que cuando Manolo es candidato en 1990, venga desde una legitimidad histórica de fundador, pero su legitimidad ahora no la hunde ya allí, sino que ha ganado tres elecciones, ha superado un periodo político muy difícil como en el de la legislatura pasada y ahora es el político más valorado. Además está promoviendo un cambio tranquilo, tanto en el terreno orgánico como en el institucional.

P. ¿Se refiere al tema de las mujeres?

R. Por ejemplo. A pesar de los esfuerzos hechos con la cuota, cuando llegamos a los centros de poder, sea el político o el económico, la escala baja. Lo que hace Chaves es dar un aldabonazo en la proyección igualitaria de la incorporación de la mujer al poder y lo ha planteado en dos terrenos: en el Gobierno y en el de las listas. El tratar que las candidaturas sean paritarias y cremallera es dar repuesta desde un partido progresista a una situación que se está produciendo en la sociedad. Es difícil, porque no hay un 50% de afiliadas al PSOE, pero tenemos que hacer el esfuerzo de que haya ocho cabezas de lista, sea al Congreso o al Parlamento andaluz y en que sean paritarias en los puestos de salida.

P. Esa es la teoría, pero hay mucha resistencia.

R. Sí, claro. Esta medida es rompedora y justamente la tarea de un dirigente es marcar un objetivo ambicioso. Chaves lo ha hecho en el tema de la mujer porque es más visible, pero creo que la propuesta tiene mayor fondo. En mi opinión, se está produciendo un proceso de reconciliación del partido socialista con lo que es su base social de apoyo, es decir los sectores más desfavorecidos y las clases medias progresistas urbanas, que no se movilizan sólo porque le incrementes la pensión, sino también por los valores en los que creen. Y las listas que tiene que hacer el PSOE deben lograr que su bloque social de apoyo se sienta representado, porque la gente si no te ve, no te escucha. Tendremos que hacer un esfuerzo de visibilidad.

P. ¿Unas listas de diseño?

R. No. La renovación no puede ser sólo biológica, sino de contenido. Lo que tendríamos que hacer es un gran pacto generacional, en el que se le pida generosidad a los que crean que su ciclo político se ha agotado para que den paso a otros y, por otro, se vayan incorporando esos sectores que hagan visibles lo que queremos decir.

P. A lo mejor esa gente no está en su partido, son independientes e incorporarlos les crea muchas tensiones.

R. Ahora vamos a empezar el proceso de listas. Todos los afiliados deben implicarse en elegir a los que crean que son los más adecuados y pensar qué es lo que van a ofrecer al elector. No se deben hacer las listas pensando en criterios y equilibrios orgánicos, sino el bloque social que uno quiere representar. Y en este sentido, el PSOE de Andalucía debería decirle a los ciudadanos que quiere ampliar sus propias fronteras para que los sectores progresistas se puedan ver. Eso requiere un acto de generosidad del partido. Pero creo interpretar que cuando el presidente lanza la idea de las mujeres y la de los jóvenes está sugiriéndole al partido que haga un cambio tranquilo generacional y de contenidos. ¿A eso hay resistencias? Sí.

"Hay respuestas parlamentarias del Gobierno que son un largo rodeo para no llegar a ninguna parte"

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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