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Los padres de los niños superdotados reclaman una atención especial en la enseñanza pública Los expertos creen necesario detectar la capacidad intelectual superior antes de los 12 años

Casi 40.000 niños andaluces son superdotados. Esto significa que tienen una capacidad intelectual superior a la media y necesidades educativas especiales. Pero no se les suele identificar en los colegios, con lo que no reciben la atención precisa. Entre ellos el fracaso escolar alcanza el 50%, y sufren serios problemas de adaptación y comunicación. Sus padres, que se ven obligados a pedir asesoría a expertos particulares, han reclamado en las II Jornadas Andaluzas de Sobredotación Intelectual y Talento, celebradas en Málaga, que la enseñanza pública se comprometa a detectar a los sobredotados y a atenderles.

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Mercedes Moraleda, presidenta de la Asociación de Superdotados de Andalucía (ASA), con sede en Málaga, que reúne a 190 padres y madres de niños con esta característica, reivindica el derecho de los alumnos a "la educación en la diversidad", y se queja de que sea necesario salir del sistema público para obtenerla. "Para la identificación existen sistemas muy efectivos", asegura. "En una mañana podría diagnosticarse a todos los superdotados de Málaga, pasándoles un test muy sencillo, que podría poner cada profesor en su clase, sin ningún trastorno".Lo ideal, según los especialistas, es que se les detecte entre los seis y los siete años, aunque recientemente unos científicos estadounidenses han desarrollado un sistema de detección temprana, entre los tres y los cuatro años. Hay algo importante: según Javier Berché, pediatra, fundador y presidente de la Asociación para el Desarrollo de la Creatividad y el Talento (Credeyta), si no se identifica a un niño sobredotado antes de los 12 años, es prácticamente imposible resolver sus problemas.

¿Y qué problemas tienen? "Pues, además del fracaso escolar, inadaptación, aburrimiento, pereza mental, falta de habilidades sociales, incapacidad para relacionarse con los demás", enumera Valentín Malpica, vicepresidente de ASA. Moraleda insiste: "Identificarlos es el primer paso, pero no es suficiente. Hacen falta adaptaciones curriculares, tener preparado un programa". Y no sólo para los que superan el límite reconocido por la Consejería de Educación, un cociente intelectual (CI) de 130 puntos. "Los chicos con un CI de 120 también las necesitan".

Estas adaptaciones deben conseguir que la escuela sea un reto para el alumno, que le estimule. Y para que el niño sobredotado esté a gusto, además, hace falta que sus profesores se esfuercen en darle atención específica. Berché cuenta un caso emblemático: "Un chico que iba muy bien, y que un día llegó a casa con cinco suspensos. ¿Por qué? Porque no había hecho los deberes. ¿Y por qué no los hacía? Porque decía que tenía comprobado que el profesor no se los miraba".

Otro ejemplo clásico de Berché. "Una chica de 15 años que se aburría muchísimo en clase, y que suspendía las matemáticas con la nota más baja posible. Pero cuando le pasé un test específico, sacó una nota altísima en esta materia. Cuando le pregunté, me dijo, muy segura, que ella no servía para las matemáticas. Lo tenía claro. Bueno, pues dos años después, y con la atención que necesitaba, está en los Estados Unidos, estudiando Astrofísica, con mucho éxito. Con un rendimiento muy alto y mucha felicidad, que es algo fundamental".

Según parece, todas las novedades en este campo llegan de los Estados Unidos. Allí se experimentan nuevas pruebas, se introduce la posibilidad de una educación personalizada a distancia, a través de Internet, y se permite a los alumnos superdotados saltarse los cursos precisos, para, incluso, acceder a la Universidad con 16 años. ASA procura estar al día de todas las innovaciones y transmitirlas a sus miembros. Si necesita más información, puede contactar con ellos en el teléfono 952 20 01 20.

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