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Precoz, inteligentísimo y solo

Uno de los rasgos más reconocibles del niño sobredotado es su precocidad en todos los sentidos. Se manifiesta en lo verbal, porque se suelta a hablar antes de lo normal, y a veces incluso aprende a leer sin ayuda de nadie, hacia los tres o cuatro años. Tiene, además, muy buena memoria, y un vocabulario de amplitud excepcional, como de persona mayor. En lo motor, también suele adelantarse a su edad; camina antes de tiempo. Estos niños suelen preguntarlo todo, sin cansancio ni misericordia hacia sus padres, y demuestran una curiosidad insaciable: siempre quieren saber más. Su capacidad de concentración es altísima, si el tema al que se dedican les interesa lo suficiente. Si no, se aburren y lo abandonan enseguida. Desde muy pequeños se cuestionan temas abstractos, como la muerte, la existencia de Dios, el tiempo, la justicia... Y tienen profundas preocupaciones filosóficas. Un ejemplo: cuando la madre de uno de estos niños, de apenas tres años de edad, se disponía a bañarlo, él le dijo muy serio: "Espérate un poco, que voy a sentarme en el sofá a pensar cómo terminar con el hambre en el mundo, ¿vale? Luego me bañas".

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Otra característica: no aceptan la autoridad porque sí, sin que un razonamiento aceptable respalde lo que se les ordena. Lo cuestionan todo. Y se dedican a inventar normas y juegos nuevos, a su medida.

Se encuentran más cómodos con los adultos que con los chicos de su edad, con los que frecuentemente tienen problemas para relacionarse. De hecho, en el colegio se sienten solos, diferentes, y no saben por qué.

Tienen miedo al rechazo, y una autoestima muy baja. Así que tienden a aislarse, y sus habilidades sociales no se desarrollan al mismo nivel que su intelecto. Además, como en clase no suelen recibir la atención específica que requieren, se aburren intensamente, lo que acaba redundando en suspensos y fracaso escolar. Parece paradójico que les suceda esto, cuando son especialmente inteligentes y tienen una gran capacidad retentiva, pero es muy común.

Dos datos curiosos para terminar. El primero, que la gran mayoría de los sobredotados son hijos únicos, aunque hay alguna familia que cría a dos juntos. El segundo, que la proporción de niños con esta peculiaridad se mantiene constante en todas las culturas y en todos los países del mundo, desde España hasta Australia: entre el 2% y el 3%. En Andalucía, el dato exacto es el 2,6%.

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