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La política rompe el silencio

Coslada traduce sus plenos al lenguaje de los signos para los 80 sordos de la localidad madrileña

Dos manos haciendo el gesto de meter la papeleta en la urna, dos puños cerrados que simbolizan a dos cabezas enfrentandas que dicen que sí. Eva Aroca, de 26 años, repitió ayer estos gestos -votos a favor, en la lengua de signos española- una decena de veces, tantas como puntos tenía el orden del día del pleno de Coslada, que la intérprete tradujo para los 15 sordos que, desde las butacas del público, siguieron la sesión. Fue la primera vez, ya que el consistorio estrenó ayer este servicio.Este avance en su pelea por la igualdad de derechos con los oyentes ha sido posible gracias a un convenio firmado por el Ayuntamiento y la Asociación de Sordos de Coslada, que cuenta con 80 miembros. El acuerdo obliga a que haya un intérprete del lenguaje de signos en los plenos (el 15 de cada mes) y en todos los actos públicos del consistorio. El Ayuntamiento aportará medio millón de pesetas anuales para pagar al intérprete. Se trata de una iniciativa pionera. La Confederación Nacional de Sordos, que agrupa a asociaciones de toda España, espera que se extienda. La Confederación ha pedido reiteradamente este servicio en los debates del Congreso.

Aroca se coloca de espaldas a los concejales, delante de los sordos. Escucha y traduce toda la información verbal, empleando no sólo sus manos, sino su cuerpo de cintura para arriba. "La expresión facial es muy importante. Un buen intérprete tiene que saber trasmitir no sólo lo que se dice, sino también el tono en que se está diciendo, los dobles sentidos y el estilo del hablante, si es coloquial o culto", explica Aroca en un receso.

Lleva una hora y media gesticulando y está agotada. "Lo normal es que haya dos intérpretes que se apoyen entre si y que no se esté traduciendo más de veinte minutos seguidos", comenta.

"¡Que no se oye!", grita poco después un vecino a mitad de la sesión, cuando en un punto polémico los murmullos van subiendo de tono. Los sordos no tienen ese problema, pero sí otro: la gente que pasa por delante de Eva y provoca que se pierdan retazos de la traducción.

"Me gustaría que los oyentes colaborasen más para romper barreras de comunicación", dice Juan José Mota, sordo de nacimiento y presidente de la asociación cosladeña. Y pone como ejemplo una espinita que tiene clavada: "¿Por qué Telemadrid no subtitula su programación, como hacen Televisión Española, Tele 5?". Lo que sí tiene la televisión madrileña es un programa en lengua de signos, para sacarse el graduado escolar, que se emite los viernes de siete y media a ocho y media de la mañana.

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