¡Mira ese cuadro!
Un programa educativo enseña a los estudiantes a reflexionar sobre las obras de arte
¿Qué ves en ese cuadro?, ¿qué crees que ha pasado entre los personajes?, ¿de qué hablan?, ¿dónde viven? Éstas son algunas de las preguntas que responden los alumnos que están participando en el programa piloto ¡Mira!, basado en un método experimentado en Estados Unidos y que se ha empezado a desarrollar en 24 colegios de Barcelona."Se trata de que los niños observen la imagen de una obra de arte y expliquen lo que sucede en ella y qué les induce a verla de una determinada manera", explica Amelia Arenas, una escritora latinomericana especialista en metodología de la enseñanza del arte.
Arenas trabajó durante 10 años en la realización de los programas educativos del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMa) desarrollando el llamado Visual Thinking Curriculum (Programa de Pensamiento Visual), el método en el que se basa el programa ¡Mira!
Este sistema, elaborado en España en colaboración con el Laboratorio de las Artes de la Fundación La Caixa, se experimenta desde el curso pasado en Barcelona.
"El principio del método es sumamente simple. Se trata de utilizar el arte, un campo donde son posibles múltiples interpretaciones, para conseguir que los niños argumenten, verbalicen e incorporen ideas. Se pretende que el alumno hable de lo que ve en una obra de arte y de esta manera estimularle a construir ideas mientras piensa en voz alta", explica Arenas. Según esta pedagoga, la amplitud de significados que se pueden sacar de una misma obra artística consigue hacer que los alumnos más retraídos participen en el debate, y esto hace que participen en igualdad de condiciones que los alumnos más destacados. "Las diferencias que se mantienen en otras asignaturas se neutralizan en estas discusiones", explica.
Para Arenas, la finalidad es "usar el arte como un juguete intelectual para analizar el mundo". El método huye de la sistematización de periodos, estilos y épocas en la que se estructura la historia del arte, y trata de estimular el interés por diferentes campos, todo ello basándose en el intercambio de ideas entre los alumnos que permite les permite desarrollar la capacidad de escuchar.
El centro de atención se desplaza de los profesores a los alumnos, son los niños quienes van construyendo su propio discurso.
La experiencia se hace en el aula y la metodología que se emplea es observar cuatro diapositivas por sesión en un curso de 20 clases. Las obras de arte presentadas son de todo tipo, aparecen tanto pinturas rupestres como grabados japoneses o arte contemporáneo. "Se trata con ello de evitar prejuicios", señala la especialista.
Las series de imágenes responden a una estrategia determinada que permite que afloren determinados temas mediante la sugerencia de las obras. El arte africano puede desembocar, por ejemplo, en un debate sobre los problemas del Tercer Mundo.
Arenas cree que el método podría aplicarse incluso a personas adultas, pero considera que la edad más apropiada para aplicar el programa es de de los 9 hasta los 12 años. "Es un periodo en el que se pasa del pensamiento concreto al abstracto y, socialmente, es una edad en la que se desata un interés por los grupos, por la pertenencia a una pandilla. Esto puede estimular las discusiones, lo que permite al educador enseñar a los niños a debatir", señala Arenas.
Un observador del Laboratorio de las Artes participa en algunos centros en la experiencia para asesorar al profesor. "Pero es importante que sean los propios profesores los que se ocupen de conducir la sesión. Hemos constatado que la confianza que inspiran a los estudiantes fomenta la participación".
El Laboratorio de las Artes ha realizado otras actividades similares. Desde 1987 se dedica a acercar las artes plásticas y la música a los escolares desarrollando programas que incluyen las audiciones, los talleres y las visitas escolares a los museos.
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