Modrego evita pronunciarse sobre la polémica en la contratación de la plantilla de los parques naturales

La polémica sustitución de la plantilla de los parques naturales y espacios protegidos de la Comunidad Valenciana por militantes de Unión Valenciana que saltó a la luz en la anterior legislatura, "no tiene nada que ver con la Consejería de Medio Ambiente", según señaló ayer en Alcoy su titular, Fernando Modrego. El consejero de Medio Ambiente se pronunció así tras la reunión del consejo rector del Carrascar de la Font Roja, parque natural en el que saltó la polémica en julio de 1997. Modrego matizó que estos trabajadores fueron contratados por la empresa Valenciana de Aprovechamiento Energético de Residuos, SA (Vaersa), sociedad pública que preside al ser consejero de Medio Ambiente. No obstante, Modrego evitó entrar en el asunto y explicar qué solución podría darse a la prórroga de contratos de estos trabajadores que firmó su antecesor, José Manuel Castellà. Los trabajadores optaron a sus puestos de trabajo sin la realización de las pruebas pertinentes y mayoritariamente formaron parte de las listas de UV en las pasadas elecciones, según han venido denunciando miembros del equipo de ex monitores que fueron despedidos de la Font Roja. A uno de ellos, Antoni Barceló, los tribunales le dieron la razón, mientras que queda pendiente de resolución judicial por parte del TSJ la denuncia presentada por Josep Cantó.

Acerca de este asunto, que comenzó con la entrada de UV en la Consejería de Medio Ambiente, el presidente del consejo rector de la Font Roja, Rafael Ferrándiz, matizó que la postura del organismo que representa persigue que "todo concurso de personal del equipo medioambiental debe estar presidido por los principios de igualdad de oportunidades y nunca por motivos de afinidad política".

Modrego aprovechó su viaje a Alcoy para visitar el edificio del antiguo hotel ubicado en la Font Roja y señaló la conveniencia de su adecuación como un centro de educación medioambiental. Sobre este edificio el biólogo catalán Ramón Folch diseñó un proyecto para convertirlo en un Ecocentro de educación medioambiental.