Decenas de muertos sepultados bajo un edificio que se desplomó en el sur de Italia
Primero hubo un crujido tenue que sólo acertó a oír un vecino del inmueble; minutos después, a las 3.15 de ayer, el número 120 del Viale Giotto, en la periferia de Foggia (sureste de Italia), un edificio de seis plantas se desplomaba al suelo atrapando bajo los escombros a la práctica totalidad de sus 71 inquilinos. Anoche, los bomberos habían rescatado 18 cadáveres y trabajaban afanosamente entre las ruinas con la esperanza de encontrar supervivientes. Hasta el momento 16 personas han sido recuperadas con vida de entre los cascotes y planchas de hormigón, 11 de ellas heridas, dos en estado gravísimo.
Las primeras hipótesis sobre el accidente apuntan a un defecto en los cimientos del edificio, construido, junto a otro bloque gemelo que ayer fue desalojado, en 1970, una época de oro para la construcción ilegal en Italia. Tampoco se descarta que la catástrofe haya sido provocada al ceder el terreno por las recientes lluvias. La totalidad de los bomberos de Foggia -una ciudad de unos 150.000 habitantes- y varios cuerpos del Ejército y de carabineros trabajaban anoche febrilmente en el rescate del cerca de medio centenar de personas todavía atrapadas bajo el edificio siniestrado con la esperanza de recuperar a algunas con vida. De Roma llegó a primera hora una excavadora provista de equipos especiales para detectar la presencia de cuerpos y emanaciones de gas. La búsqueda era particularmente angustiosa por la presencia de decenas de familiares de los vecinos del inmueble que acudieron al lugar del desastre apenas se supo la noticia.
Los equipos de rescate consiguieron salvar con vida a media tarde a un joven de 25 años, Piero, cuya presencia bajo los escombros había sido detectada desde primeras horas de la mañana. De acuerdo con la primera reconstrucción de los hechos elaborada sobre la base del relato de dos supervivientes -uno de ellos, Luigi Lacontana, administrador de la finca-, la tragedia se produjo en un tiempo brevísimo, cuando ya se había avisado a los bomberos. Uno de los vecinos del inmueble, Giuseppe Torreta, escuchó un ruido de muros resquebrajándose y al levantarse vio que faltaba un trozo del pavimento de su casa. Torreta avisó al administrador, quien llamó inmediatamente a los bomberos, pero el edificio se derrumbó antes de que llegaran.
"Estuve llamando a los vecinos por el telefonillo de la entrada, aunque no hablé con ninguno; después di un paso atrás y en ese momento vi cómo el bloque entero se replegaba sobre sí mismo y caía. En un segundo, sin hacer ruido", relataba ayer Lacontana, que, al igual que Giuseppe Torreta, tuvo tiempo de poner a salvo a toda la familia antes de que se consumara la tragedia. Algunos de los supervivientes, como Mario Guidone y su mujer, Maria Altomare, comprobaron cómo oscilaba el pavimento de la casa antes de oír la llamada del telefonillo, pero cuando quisieron huir todo se vino abajo. La pareja vivía en el último piso con un hijo de ocho años, que se contaba ayer entre los desaparecidos.
El primer ministro italiano, Massimo D"Alema, y la ministra del Interior, Rosa Russo Jervolino, se desplazaron por la mañana al lugar del suceso para ofrecer la "solidaridad" de todo el país a los afectados por la tragedia. D"Alema prometió luchar contra las construcciones ilegales, pero negó ante los periodistas que estuviera confirmado que el edificio de Foggia estuviera en esa categoría.
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