El 'elefantito', la 'golondrina', el 'sobrecito' y la 'picana'
El informe de la organización Human Rights Watch presentado ayer en Moscú refleja que los golpes con puños, pies o porras propinados en la cabeza, piernas, talones o riñones son el método más frecuente de tortura a los detenidos para arrancarles confesiones o delaciones.Pero hay otros no tan simples, como el slonik (elefantito), llamado así a causa del aspecto que presenta el detenido cuando se le coloca en la cara una antigua máscara antigás a la que no se deja pasar el aire. Si no se dispone de esa tecnología, también sirve una bolsa de plástico. La falta de oxígeno ha provocado la muerte por asfixia de algún detenido y la confesión de la mayoría.
En la lástochka (golondrina), el detenido, con las manos esposadas a la espalda, es suspendido sin tocar el suelo de una barra o una tubería mientras se le golpea con porras. En una de sus variantes, las manos de la víctima, tendida boca abajo, quedan atadas a sus piernas. Esas posiciones pueden provocar graves lesiones circulatorias y la dislocación de brazos u hombros.
'Electrochoque'
En el konvertik (sobrecito), el detenido se ve forzado a colocar la cabeza entre las piernas con sus manos atadas a los pies.En una reminiscencia de la picana utilizada por los torturadores de las dictaduras latinoamericanas, los interrogadores recurren con frecuencia al electrochoque, con cables conectados a las orejas de la víctima.
Muchas veces, los policías recurren a la tortura en casos de poca monta. En el informe se recoge, por ejemplo, lo ocurrido a Oleg Fetisov, un menor de Yekaterimburgo al que le dieron una paliza y lo dejaron al borde de la asfixia por robar una chaqueta a un compañero de colegio. Incapaz de soportar el suplicio, saltó por una ventana y se fracturó el cráneo.
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