_
_
_
_
_

Paloma Díaz-Mas presenta un relato medieval de pasiones, poder y guerra

El escenario elegido en esta ocasión por la escritora Paloma Díaz-Mas (Madrid, 1954), profesora de Historia de la Literatura Española y Sefardí en la UPV, ha sido la Cataluña del siglo XIII. Allí, en uno de los lugares donde el régimen feudal tuvo en Europa una de sus mejores expresiones, se desarrolla La tierra fértil (Editorial Anagrama), una novela donde la pasión, el poder y la guerra sirven de marco para presentar unas relaciones que bien podrían transportarse a un escenario contemporáneo.

La tierra fértil es el resultado de siete años de trabajo de esta vitoriana de adopción que siempre ha afrontado el género histórico, aún antes de que éste se pusiera de moda. Ganadora del Premio Herralde de novela en 1992 con El sueño de Venecia, ya entonces rondaba la escritura de este libro en las mientes de Paloma Díaz-Mas. "Ha sido una obra de elaboración lenta -hay partes de ella que las he recompuesto hasta tres o cuatro veces-, pero desde el principio con la intención de escribirla de manera lineal, en el mismo orden en el que se le iba a presentar al lector", explica la autora de El rapto del Santo Grial, la primera obra con la que se dio a conocer.Lo que quería Díaz-Mas era revelar el recorrido vital de Arnau de Bonastre, hijo de un señor feudal que marcha a las Cruzadas por estar enfrentado a su padre y que, a su vuelta, se tiene que encargar de recuperar las posesiones familiares que han pasado a manos de uno de sus mejores amigos de la infancia. Resuenan en la obra referentes bíblicos vinculados con el sentimiento de culpa como los de Caín y Abel o el de Absalón, en un contexto evidentemente caballeresco. "Quería contar una historia de pasiones humanas: de cómo los conflictos de poder intervienen en las relaciones cotidianas", señala la autora.

Entre todos los elementos de La tierra fértil destaca el papel del paisaje. "Elegí Cataluña, entre otras razones, por su interior. La Edad Media es rural y las relaciones con el medio natural eran el eje de buena parte de la vida de quienes vivieron entonces. La Cataluña montañosa me ofrecía el entorno perfecto. Además, probablemente sea en Cataluña donde se ha conservado mayor número de documentos sobre la vida cotidiana en la Edad Media".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_