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Ciutadans pel Canvi abre la reflexión para decidir si concurre también a las elecciones legislativas

Enric Company

La coordinadora de Ciutadans pel Canvi abrió ayer el periodo de reflexión para decidir si concurre también a las elecciones legislativas. Los miembros de la coordinadora pusieron en marcha el proceso que culminará en los primeros meses del año 2000 con la celebración de la primera convención de Ciutadans pel Canvi, que habrá de fijar sus objetivos durante esta legislatura. En la reunión de ayer nadie se atrevió a dar una respuesta clara a la pregunta de si la fórmula que tan buen resultado electoral obtuvo el 17 de octubre debe repetirse para las legislativas de marzo.

Creadas para llevar a Pasqual Maragall a la presidencia de la Generalitat en las pasadas elecciones autonómicas, las plataformas de Ciutadans pel Canvi han comenzado a dar los pasos para mantenerse activas hasta que consigan su objetivo. Sin embargo, la eventual participación en las elecciones legislativas de la próxima primavera también como apoyo del PSC va mucho más allá del objetivo inicial. Por tanto, se decidió someter la cuestión a la consideración de las plataformas y, como el calendario aprieta, tomar una decisión dentro de un mes. Varios asistentes a la reunión de ayer explicaron que se han recibido demandas de información desde fuera de Cataluña, de Aragón y Madrid, para ver si pueden aplicar la fórmula. Los socialistas quieren abrirse a otros espacios políticos y sociales, en particular a los que a su juicio la deriva de Izquierda Unida está dejando huérfanos de representación política. La situación en Cataluña es distinta, pero según dijo la portavoz, Carme Valls, existe también un margen de duda acerca de si, una vez ensayada con éxito la apertura, es o no es conveniente repetir la experiencia.

Maragall agradeció a los 72 representantes de las plataformas, reunidos ayer en la sede de campaña de la calle del Consell de Cent, el apoyo que dieron a su candidatura y les pidió que continúen trabajando para consolidar el movimiento. Entre la disyuntiva de celebrar un congreso constituyente, que era una de las propuestas, o una mera asamblea, la coordinadora escogió una vía intermedia: la convención. Esta es, explicó Ramon Espasa, "una fórmula que permite adoptar acuerdos sin tener que recurrir a la formación de mayorías y minorías. Se adoptan las propuestas que tengan un consenso más amplio y se dan a conocer junto con las demás".

Para antes de Navidad se habrán redactado las ponencias con una propuesta de modelo organizativo y con una definición de objetivos. En los borradores que maneja la coordinadora se define a Ciutadans pel Canvi como un movimiento cívico cuyo objetivo es conseguir una democracía más plena y participativa.

Lo que está descartado es constituirse en partido político, pese a que este movimiento está también inscrito como tal, y entrar en una dinámica de coalición entre dos fuerzas. Ciutadans pel Canvi quiere ser un instrumento que "facilite la participación política a independientes, pero unos independientes que no estén en contra de los partidos y hayan decidido colaborar con el PSC", precisó Espasa.

El PSC observa con una mezcla de satisfacción y recelo la evolución de Ciutadans pel Canvi. A sus dirigentes y cuadros medios les satisface, por una parte, la consolidación de un movimiento complementario que amplía su base social y electoral. Pero, por otra parte, tienen el temor de que, si se consolida y prospera, termine por convertirse en un banderín de enganche más atractivo que el propio partido. En particular, para personalidades que rehúsan someterse a las obligaciones de la militancia organizada.

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