Raúl salva la vida al Madrid
El equipo de Toshack se rehízo en el segundo tiempo después de recibir dos goles en la primera parte
El Madrid necesitó colocarse ante una situación irremediable para remediar un partido que apuntaba hacia la catástrofe. Curioso equipo éste que salta cualquier lógica en su comportamiento. Desde la normalidad, el Madrid tendría que haber vencido al Rayo por la enorme distancia entre las dos plantillas. Una trufada de estrellas; otra, parcheada con jugadores apenas conocidos, más expertos en malvivir en las peores condiciones, en ese territorio indefinido que marca la vida de los equipos que se mueve entre la Segunda y la Primera División. Si ahora el Rayo está de líder, resulta elogiable y meritorio, pero su condición actual parece absolutamente circunstancial.De frente al Madrid, el Rayo sólo puede oponer entusiasmo y un poco de orden. Sin otras armas, le clavó dos goles al Madrid, los que cualquier equipo le marca. En general se trata de regalos defensivos, errores fastuosos que han llevado al Madrid a su penosa situación actual. Lo único que hizo el Rayo fue asumir el papel de todos los equipos: marcar dos goles y sacar provecho de las abundantes carencias madridistas. Estuvo a punto de conseguirlo, pero el Madrid salió del agujero en el segundo tiempo. Con los protagonistas de siempre, Morientes y Raúl, actores principales de los goles, y de Guti, cuyo papel en el equipo es un misterio. No han sido pocos los partidos donde ha tenido una importancia capital, y han sido bastantes las actuaciones desesperantes de uno de los futbolistas más controvertidos del Madrid en los últimos años.
RAYO VALLECANO 2
REAL MADRID 3Rayo Vallecano: Keller; Estibariz (Van den Bergh, m.64) Cota MichelI, m.75), Hernández, Alcázar; Ferrón (Clotet, m.66), Poschner, Luis Cembranos, Llorens; Bolo y Canabal. Real Madrid: Bizzarri; Salgado, J.César, Hierro (I.Campo, m.67), Karanka (Guti, m.46), R.Carlos; Seedorf, Helguera, McManaman (Sanchis, m.66); Morientes y Raúl. Goles: 1-0. M.22. La defensa madridista no acierta a despejar un balón largo del Rayo, que aprovecha Ferrón para marcar. 2-0. M.28. Bizarri falla al no retener un remate de Cembranos y el rechace es aprovechado por Canabal. 2-1. M.46. Morientes recibe un pase, desborda a la defensa rayista y bate a Keller. 2-2. M. 62. Hierro, de penalti cometido por Cota sobre Raúl. 2-3. M.84. Raúl, en vaselina, a pase de Guti. Árbitro: Llonch Andreu. Amonestó a Estibariz, Raúl, Toshack, Luis Cembranos, Guti y, por dos veces, a Morientes (m.60). Lleno en el campo de Vallecas, unos 15.000 espectadores.
Guti resultó decisivo en el equipo, que se vio en una situación apuradísima. El Rayo aprovechó dos jugadas anecdóticas: un pelotazo de Hernández desde su campo y un fallo de Bizzarri, que vive un drama. Se le escapó un tiro lejano de Luis Cembranos y Canabal echó la caña, como tantos otros. En el primer gol, la responsabilidad de los errores fue triple. Hierro no atacó con decisión el pelotazo de Hernández, Karanka se eliminó de la jugada y Roberto Carlos cerró mal. Siguió al trote a Ferrón, que metió la directa y se encontró con el balón y el remate. El Madrid volvía a la situación habitual, con dos goles en contra y unos problemas agobiantes. Pocó importó que jugaran tres centrales, que se modificara por enésima vez el sistema, que jugaran los buenos. El Madrid parecía condenado, y Toshack más que nadie.
La figura de Toshack ha derivado hacia el patetismo, sostenido artificialmente por una directiva que no cree en él. Es un hombre que mueve a la compasión, sometido a un sufrimiento brutal que alguien debería ahorrarle. Desde hace varias semanas, Toshack sólo sirve como excusa para descargar unas críticas que deberían superarle por elevación. Poco tuvo que ver el entrenador en el segundo tiempo, como no sea su decisión de incluir a Guti en el equipo. Guti funcionó lo suficiente como para dar algo de entidad al juego en el centro del campo, pero eso tampoco le convierte en la figura del encuentro. Las figuras, por este orden, fueron Raúl y Morientes, a quienes Toshack les debe el puesto.
En la primera jugada del segundo tiempo, Morientes convirtió un control en un regate espectacular sobre su marcador. Frente al portero, golpeó con delicadeza y precisión, con la badanita, como los grandes rematadores. Luego cometió una estupidez que rebaja su consideración en un partido crucial. Se hizo expulsar y dejó al Madrid frente a un problemas de enormes proporciones. Pero entonces apareció Raúl. Como casi siempre. Por lo visto, el Madrid siempre se parece a sí mismo. En lo malo, que es abundante, y en lo bueno, que es Raúl.
Primero persiguió una pelota frente al central, que cometió un error de falta de firmeza y atención. Raúl ganó la posición y cayó derribado. Una jugada que no iba a ninguna parte se convirtió en el empate. Y para mejorar aún más la situación, Raúl confirmó que es el principal futbolista español. Necesitó de Guti para recibir un excelente pase, pero no necesitó de nadie para últimar al portero con una vaselina perfecta. Una gran vaselina para un gol que dio vuelta a un partido que se anunciaba devastador para su equipo.
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