_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El AVE que voló

No cabe duda de que el AVE es un tren de alta velocidad. Lo ha demostrado, incluso, en el proyecto de su trazado. Se nos había dicho que el 27 de septiembre conoceríamos su trazado y, ¡zas!, en un abrir y cerrar de ojos se nos ha largado al siglo que viene. Hasta que no pasen las elecciones generales del próximo marzo no sabremos nada del AVE. De momento lo tenemos aparcado en la primavera del 2000, la primera del próximo siglo. Allí nos espera. ¡Ni la velocidad del sonido! El AVE ha cogido la "estría del tiempo" y allí nos espera. El ministro Arias Salgado ya nos ha advertido que hasta que no pasen los próximos comicios nos olvidemos del AVE. Claro que aquello que no sabemos es si, para entonces, el señor Arias Salgado seguirá siendo ministro de Fomento y podrá cumplir sus promesas. Pero, ¡qué digo! Ni siquiera sabemos, a ciencia cierta, si será presidente del gobierno de España el señor Aznar. Así que... de momento, pelillos a la mar. Ahora bien: quien sí es cierto que continuará estando al frente de los destinos de los valencianos es el presidente Zaplana, que sin duda seguirá ofreciendo al vecindario proyectos ilusionantes como éste del AVE.O el de la reforma del Estatuto. La portavoz del Consell, Alicia de Miguel, ha anunciado el pasado día 3 que, aunque el presidente Aznar no es favorable a que se reformen los estatutos, la Comunidad Valenciana será "excluída" de éste principio general. Durante el debate sobre el "Estado de la Nación", y contestando a una petición del diputado Chiquillo de reforma del estatuto valenciano, el primer ministro, señor Aznar, le contestó: "¿Para qué quieren ustedes reformar el Estatuto?". La portavoz del Consell, Alicia de Miguel, ha venido a aclarar las cosas: "No hay ningún problema", declaró el día 3 en su comparecencia ante la prensa. Y añadió: "Tenemos la garantía y la certeza absoluta de que se va a reformar el Estatuto". ¡Bendito sea Dios! Sólo que con esto del Estatuto pasa como con lo del AVE. En lo que queda de esta legislatura de las Cortes Españolas no hay tiempo para tramitar esta reforma. Y después de las elecciones de marzo, ¿continuará siendo primer ministro del gabinete español el señor Aznar? "Tenemos la garantía y la certeza absoluta de que se va a reformar el estatuto", ha anunciado la portavoz del Consell. ¡Ahí queda eso! La verdad, sin embargo, es que la reforma del Estatuto nos espera la primavera que viene aparcada junto al AVE. Una y otro esperando, a su vez, saber quien ganará las elecciones.

Luego está lo del "Plan Hidrológico". El presidente de la Cierval, Rafael Ferrando, en la reunión que el señor Aznar tuvo con los empresarios valencianos, se refirió en su discurso a la "deuda histórica" que el gobierno central tiene con la Comunidad Valenciana. Dijo Ferrando que "ésta es una tierra que siempre ha aportado mucho al conjunto de España y ha recibido muy poco". Y más adelante, afirmó, refiriéndose a nuestra agricultura y al déficit de agua que padece la Comunidad Valenciana, que "nuestra agricultura ha generado históricamente las divisas que equilibraban nuestra balanza comercial". (La balanza comercial de España, claro). ¡Ésa sí que es, verdaderamente, una "deuda histórica"! Claro que ni el presidente Zaplana, valenciano de adopción, ni el presidente Aznar, español jovencísimo, no tienen la más mínima idea de lo que significa esa "deuda histórica" a la que el presidente de la CERVIAL se refería. Quienes ya somos viejos, y como quien esto escribe, hemos luchado por la defensa de los los intereses del País Valenciano -lo de "comunidad" no deja de ser una coña marinera- sabemos, y lo hemos denunciado no pocas veces en escritos y conferencias, la sangría de divisas que perdieron los agricultores valencianos, especialmente los naranjeros, cuando el dólar que los exportadores valencianos cobraban a 35 o 40 pesetas a través del Instituto de Moneda Extranjera, el Estado los vendía en el mercado exterior a 60 pesetas. Quiere decirse que por su producto, los agricultores y los exportadores valencianos recibían, apenas, tan sólo un 35% o 40% del precio real al que se vendían en los mercados europeos. La diferencia se la quedaba el Estado. Muy bien. Eran tiempos difíciles y había que contribuir a la industrialización -como entonces se decía- de España. ¡La solidaridad! Había que ser solidarios. Nosotros, los valencianos, lo hemos sido hasta la saciedad. Y lo seguimos siendo con el déficit fiscal que soportamos. De esto ni el presidente Zaplana ni el presidente Aznar tienen la menor idea. Son muy jóvenes. Y además no conocen nuestra historia reciente, la de los años difíciles. Creo que el presidente de la Cierval, Rafael Ferrando, ha tenido un gran acierto al exponer la contribución de los valencianos y en especial, la de sus agricultores, a lo largo de la historia reciente de los años difíciles, "a generar las divisas que equilibraban la balanza comercial española". En una palabra, a la recuperación económica y al progreso de España. Cuando los antecesores ideológicos del señor Aznar despreciaban Europa y su democracia, aquí, en el País Valenciano, nos desgañitábamos pidiendo nuestra incorporación a lo que entonces llamábamos el Mercado Común.

La agricultura valenciana necesita cubrir el déficit de agua que padecemos. Para ello hace falta el Plan Hidrológico. Pero el señor Aznar se ha pasado cuatro años presidiendo el gobierno español sin dar una solución. En fin, ¡qué le vamos a hacer! También, el Plan Hidrológico, nos espera aparcado junto al AVE y la reforma del Estatuto en la primavera del año que viene. Del siglo que viene.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_