El PP utiliza a los sindicatos contra el PSOE en el vídeo de su campaña sobre las pensiones
El PP remató ayer su polémica campaña sobre las pensiones con la presentación de dos vídeos, con imágenes de archivo de la política española de los últimos 17 años, en los que muestra su particular visión de cómo han gestionado esta materia los Gobiernos de Felipe González y de José María Aznar. En el vídeo se han ennegrecido y acompañado con música tenebrosa las secuencias de la etapa de González y Almunia, mientras la de Aznar aparece coloreada y festiva, llena de encuentros y firmas con los líderes sindicales. CCOO y UGT protestaron ayer por esta utilización partidista
El PP no se amilana ante la avalancha de críticas que ha recibido por la primera fase ya conocida de su campaña de "contraste" sobre la labor del Ejecutivo Aznar en las pensiones en confrontación con lo realizado por González.A los casi 8.000 actos convocados por el PP en casi todos los pueblos de España durante los próximos dos meses, 2.500 de ellos de especial entidad, y al despliegue de medios publicitarios (vallas, trípticos, folletos) e informativos con la participación de Aznar y de muchos de sus altos cargos, se sumó ayer como gran traca la difusión de un controvertido vídeo. Es el remate de una campaña cuyo coste sigue sin revelar el PP.
El vídeo en cuestión, con dos versiones, una larga de cuatro minutos de duración y otra más reducida de uno, se destinará para su distribución en actos internos del PP y nunca para publicidad, por razones económicas y porque lo prohíbe la regulación de las televisiones. La mayoría de sus secuencias contraponen planos de los gobiernos de Felipe González con la jura de Aznar ante el Rey y con constantes referencias a sus acuerdos con los líderes sindicales.
Esta disponibilidad del PP a exhibirse con los sindicatos ha sentado muy mal en esas organizaciones. Un portavoz oficial de UGT lamentó el tono "partidista, mezquino, vergonzante, sonrojante y de un descaro impresionante" de la campaña, tras constatar que los sindicatos habían arrancado a "regañadientes de los ministros de Economía y Trabajo del PP una subida de las pensiones acordada antes de que ellos llegaran al Gobierno". El portavoz de CCOO rechazó incomodado como "muy negativo y criticable" que el PP utilizase un acuerdo con los sindicatos "contra otro partido, cuando lo que debía hacer era crear el clima favorable de consenso para renovar el Pacto de Toledo".
Cascos y Butragueño
El PP no sólo no se hizo eco de estas críticas sino que la responsable directa de esta campaña, Ana Mato, coordinadora de Acción Sectorial, argumentó ayer de nuevo que su partido había elaborado este plan como consecuencia "de la demanda informativa provocada por otros". Esta alusión al PSOE se transformó en un ataque directo cuando Mato recordó que el PSOE, en su época final en el Gobierno, acusó al PP de querer rebajar las pensiones. Y cuando responsabilizó a Joaquín Almunia de reproducir esa inquietud sobre los pensionistas "como último candidato del PSOE a la Presidencia".Mato, antes del estreno del vídeo ante los parlamentarios nacionales del PP y los medios de comunicación, ayer en un hotel de Madrid, llegó a sostener que su partido sólo pretendía con esta actuación facilitar argumentos, mientras achacó al PSOE la facilidad para "crisparse, insultar y elaborar campañas sucias, amenazantes y del miedo". Se justificó recordando los vídeos del PSOE que identificaban a Francisco Álvarez Cascos como un doberman o la superposición en TVE del logotipo del PSOE sobre la imagen de Emilio Butragueño. Mato culminó esa exposición recalcando que este vídeo del PP "marcará un nuevo hito en la comunicación pública".
Los vídeos del PP se inician con un plano de Felipe González tras acceder a La Moncloa con la imagen oscurecida y con música propia de una película de terror. En ese contexto, el narrador expone que "en otros tiempos" desde el Gobierno se prometía crear 800.000 puestos de trabajo y se generaban 800.000 parados; se convocaban cuatro huelgas generales; se ve a Almunia con 34 años cuando fue nombrado ministro de Trabajo y se subraya que el PSOE dejó la Seguridad Social con un agujero de 500.000 millones de pesetas. Entre esas secuencias de políticos del PSOE surgen apariciones de ancianos tristes y demacrados. Son lo que los guionistas del PP definen como "siete millones de pensionistas sin futuro".
Aznar, festivo y en color
El anuncio da un giro radical cuando irrumpe a todo color el momento en que Aznar apareció la madrugada del 3 de marzo de 1996 en el balcón de la sede del PP con cierta cara de desconcierto. Surge la música oficial del partido, los largos planos de mesas de diálogo con los líderes sindicales (Antonio Gutiérrez, de CCOO, y Cándido Méndez, de UGT, casi parecen tan protagonistas como Aznar) y la conclusión: El PSOE es igual a políticas viejas, del pasado; y el PP, a políticas modernas y de futuro.Tras el vídeo, Javier Arenas, el secretario general del PP, defendió "el derecho de su partido a dirigirse a la sociedad española con los medios de que dispone para informar de la gestión del Gobierno" y a hacerlo "sin complejos". Arenas consideró "inconcebible" que eso se cuestione. Luego admitió que, aunque el PP "no está en campaña, sí está en etapa preelectoral". E instó a sus dirigentes "a apretar el acelerador en la explicación de la gestión" de Aznar "en términos de familias españolas".
Arenas aclaró que "ser de centro político y reformista no significa ser tibio ni pusilánime, porque es aceptable la moderación y el diálogo permanente con la defensa firme de las ideas". Y dedicó parte de su discurso a arremeter contra el PSOE y Almunia en concreto por su pasado, "ya que no viene de nuevo". Las últimas propuestas electorales de éste las menospreció como "comentarios". Y aprovechó la circunstancia para denostar el deseo del presidente andaluz, el socialista Manuel Chaves, de que le reciba Aznar. Dijo que busca "la foto por la foto y la confrontación al margen de la Constitución, ya que ese trabajo de oposición no le corresponde". Y señaló que si tuviese "el sentido institucional" de sus antecesores, José Rodríguez de la Borbolla y Rafael Escudero, "habría estado siete u ocho veces en La Moncloa".
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